v o l t e r r a

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El viento helado de Volterra aullaba entre las columnas rotas del Anfiteatro de los Eternos, un lugar prohibido incluso para la mayoría de los vampiros. Lumen sintió un escalofrío al pisar las losas negras, grabadas con nombres olvidados.

-No deberías estar aquí- murmuró Ken, apareciendo a su lado con una expresión entre advertencia y curiosidad. -Este lugar... no perdona a los intrusos.-

N se acercó, sus ojos dorados reflejando una pena milenaria. -¿Sabes por qué Volterra sigue en pie, Lumen?- Pasó sus dedos sobre una grieta en el muro. -Porque aquí no solo caímos... aquí elegimos ser lo que somos.-

Leo, observando desde las sombras con los brazos cruzados, resopló. -Suena dramático. Al final, solo somos lo que somos: fuertes.-

-Fuertes, pero vacíos- respondió N, señalando las estatuas decapitadas alrededor. -Estos eran los Malakim. Ángeles que prefirieron rebelarse antes que servir. Ahora solo somos sombras que beben vida.-

Ken, con su sarcasmo habitual, tocó el collar de plata de Lumen. -¿Y esto? Dicen que quema... pero a mí no me hace nada. ¿Será que no funciona?-

Leo agarró su muñeca con firmeza. -Sigue jugando y verás cómo ese collar te convierte en un bloque de hielo. ¿O quieres que Hongbin te use de adorno en el salón?-

Lumen apretó el collar, sintiendo su poder latente.

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El grupo se adentró en una biblioteca olvidada, donde velas negras ardían sin consumirse y libros encadenados susurraban secretos. Lumen se sentó en un sillón junto a la ventana rota, donde los últimos rayos del sol teñían las páginas de un libro pequeño:

"La sangre de los caídos no se redime, solo se transmuta."

Antes de que pudiera seguir leyendo, una voz la interrumpió.

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Mientras, en los pasillos del castillo, Hongbin caminaba junto a Hyuk, este último ajustándose las mangas con incomodidad.

-¿Crees que ella sabe lo que lleva en las venas?- preguntó Hongbin.

Hyuk esbozó una sonrisa fría. -Su sangre huele a cielo y pecado. Si los antiguos la descubren...-

-La convertirán en un arma- concluyó Hongbin. -O en un sacrificio.-

La puerta de la biblioteca se abrió de golpe. Leo apareció en el umbral. -Por fin. Lumen ya está leyendo cosas peligrosas. ¿Vienen a ayudar o a complicarlo todo?-

v a m p i r eDonde viven las historias. Descúbrelo ahora