T r a p

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(POV. Hyuk)

Vivo por ti, y es una condena.

No aparté la mirada de ella, su rostro estaba inclinado, su cabello castaño caía sobre sus hombros mientras un color durazno adornaba sus mejillas regordetas.

No recuerdo porque la acerqué mas a mi, tal vez porque lo que siento debe ser probado. Necesito saber que es esto, ¿porqué me inclino ante ella?
Cada vez que la miró veo paz en ella, aún que parezca fría solo lo hace para alejarme, pero ya no funciona.. De hecho, nunca lo hizo.

La tomé por los hombros y la giré hacia mi. Su boca se abrió con sorpresa, pude ver como sus labios gruesos brillaban en un rosa muy cálido.
Su cabello se despeinó del giro, así que coloque un mechón por detrás de su oreja.

Quería explicar lo sucedido. Oh ¿que debo hacer? ¿Como lo explico?

- Quería probarte, pero luego.. . No podía, no podría matarte. Desvíe mi boca y calló sobre tus labios. Por favor, no lo mal entiendas. - Debes pensar, que todo es una excusa, que patético me debo de ver justo ahora.

- Esta bien - soltó mi agarre y sonrió. Parecía estar bien, cómo si nunca le hubiere importado y eso hizo crujir algo en mi interior.

No te vayas, no me dejes. Yo te amo.

- ¿Que ocurre?.. - no respondí, mire al vacío y comprendí varias cosas en un minuto.- No sentí nada. De hecho, entiendo perfectamente tu posición.

Sus palabras me dolieron, y me hicieron sentir decaído. Así que me reincorpore y formé una sonrisa irónica.

Me acerque a su cuello y pude oler el exquisito aroma dulce de su sangre.

- Alto..- ordenó y sin quererlo obedecí como un can a su dueño. Ella sonrió rozando sus yemas de los dedos en el anillo. Caí de rodillas al suelo mientras una mano se apoyaba en el piso, alze la mirada. Ella sonreía sorprendida.

-No juegues así conmigo. Habrá consecuencias- solté. En un segundo se borró la sonrisa de su rostro, y pude reincorporarme. La tomé de ambas manos que estaban hechas puño, y acaricié su mentón.

Ella forsegio (?) y yo solté un sonrisa.

- Deseas esto. -

-No.. .-

- Entonces ¿porqué no me detienes? - su rostro se volvió rojo hasta sus orejas así que me detuve por mi cuenta. Ella cayó sobre sus pies, y escondió su rostro en sus piernas. Era vulnerable y por primera vez podía verla de esa forma.

| 17•c
| 3 horas después..

La veía soñar, su rostro angelical sobre la almohada. Estaba totalmente envuelta en la sábana gruesa, mi mano estaba sobre su cabeza acariciandola ¿cuándo me volví así?

Fruñó el ceño ante mi tacto, recordé la diferencia de temperaturas y aparte mi mano, me preguntaba cómo se sentiría el soñar y el descansar después de un largo día. Podía sentir tu mente relajada, no había ningún sueño y no sentía ningún pensamiento, eso me dio paz a mi también y en un segundo mi duda fue respondida. Esto es paz, es descansar.

Mi mente ya no estaba atormentada de pensamientos que me eran imposibles no escuchar.

Los humanos desde mi punto de vista eran plagas débiles, y preferían mantener mi distancia, pero desde luego el destino siempre te hace una mala jugada y terminas en lo que no deseas. Detesto el sentirme tan débil frente a un humano.

- Hyuk.. - soltó un gemido somnolienta, parecía hablar entre sueños. Vi cómo me dió la espalda dejando un lado libre en la cama, así aproveche y me acosté junto a ella. No había ningún contacto, y me rehusaba a tocarla.

Podía ver su respirar, escuchar el calmado latido de su corazón y como el viento helado danzaba sin golpear las ventanas. La última luz pública se fundió dejando una obscuridad densa.

v a m p i r eDonde viven las historias. Descúbrelo ahora