v a m p i r e

H u m a n L i f e

Hyuk la apartó bruscamente cuando intentó besarlo.

- No,- gruñó, mostrando los colmillos. -No me des tu consuelo. No cuando te estoy diciendo que soy el monstruo que mató a miles.

Lumen no retrocedió. Al contrario, le clavó las uñas en las muñecas hasta hacerlo sangrar.

- ¿Y qué quieres que haga? ¿Que grite? ¿Que huya? - Su voz temblaba, pero no de miedo: -Te vi matar. Te vi llorar después. ¿Cuál de los dos es el verdadero Hyuk?

Él se estremeció. Esa era la pregunta que lo corroía.

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Cada palabra de ella le quemaba:

"No eres solo eso"

"Eliges ser bueno conmigo"

"Eso cuenta"

Mentiras. Él no elegía. Esa dulzura era un accidente, un fallo en su programación de depredador.

Pero cuando Lumen le tocó la cara-sin asco, sin temblor -, por un segundo...

Dudó.

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- No soy humano, Lumen. Nunca lo seré. - Sus manos dibujaron su contorno en el aire, como si ya la estuviera memorizando. -Un día despertarás y verás el monstruo. Y ese día...

Ella lo interrumpió

abofeteándolo.

- ¡Basta! - Las lágrimas le brillaban como diamantes rotos. -¿Quién decide qué eres? ¿Ellos? ¿O tú?

Hyuk no respondió. Pero cuando ella intentó besarlo otra vez, la evitó.

No por ella.

Por miedo a que esta vez... no pudiera detenerse.

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Lo observó alejarse, fumando en el balcón como si el amanecer pudiera quemarlo.

Sabía la verdad:

Hyuk odiaba lo que era.

Pero peleaba todos los días para no serlo.

Y eso - pensó, acurrucándose en la cama que aún olía a él-, eso ya era suficiente.