14. La lluvia

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─¿Entonces tu antepasada, la primera reina de Enova, también tenía todo tipo de poderes? ─indagó Luke curioseando

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─¿Entonces tu antepasada, la primera reina de Enova, también tenía todo tipo de poderes? ─indagó Luke curioseando.

Me encontraba en su habitación, ambos acostados sobre su cama uno al lado del otro viendo el techo mientras hablábamos. Alexei claramente ya se había ido a desayunar, y como era lunes las clases iban a comenzar en pocos minutos.

─Sí, y por eso tengo miedo. ─Desde que llegué para hablarle sobre lo que descubrí en la biblioteca, había estado prestando atención y tratando de entender todo lo que yo le iba explicando─. ¿Qué pasa si me relacionan con ella por parecerme en cuanto a los poderes? ¡A la mierda el secreto! ─exclamé con preocupación.

─En eso tienes razón, ¿Pero no dijiste que había gente con más de un poder y no eran parientes de tu familia?

─Sí, nadie ha tenido todos. ─Mi tono de frustración era evidente mientras me rascaba el cabello por los nervios.

─Tranquila, lo vamos a solucionar ─giró el rostro para mirarme, yo hice lo mismo. El color miel de sus ojos se lució con intensidad mientras me observaba. Entrelazó su mano con la mía dedicándome una leve sonrisa ─, confía en mí.

─Confío en ti, pero el problema sigue estando. ¿Qué hacemos? ─suspiró en silencio pensando a toda velocidad cuando un destello de idea apareció en su mente y su expresión mostró claridad.

─Tengo una idea ─dijo emocionado, sentándose sobre las sábanas. Lo imité ordenándome los cabellos locos con los dedos ─. ¿Hay algún poder que no hayas implementado ya?

─Mmm... creo los poderes de los subelementales ─contesté, no estaba segura, pero según mis recuerdos no los había usado todavía.

─¡Genial! No los uses, puedes fingir que no los tienes ─enarqué una ceja negando con la cabeza. Él en serio creyó que era una buena idea.

─Se te olvida algo ─le señalé mi muñeca. Ahí seguían las cuatro letras de colores, permanentes como un tatuaje.

─Uh... ─su expresión demostró clara decepción ─. No importa, ya vamos a pensar algo más.

─Tu positivismo me desespera ─comenté con una sonrisa.

─Y sí, alguno de los dos tenía que ser positivo, porque si fuese por ti ya nos hubiésemos tirado de un barranco hace años ─rio abiertamente.

─No es tan mala idea, pero en vez de un barranco podemos elegir una muerte indolora con algún veneno instantáneo o mientras dormimos.

─Ni lo sueñes, no planearé mi muerte sin antes haber probado caviar.

El timbre sonó indicando el comienzo de clases, y ambos nos levantamos saliendo de su cuarto entre risas.

─Hablando de mundos, los cafages se van el jueves. ¿Ya sabes cual es tu decisión?

La heredera sin nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora