Habían pasado dos semanas desde que comencé a evitar a Azael. Tras la noche del evento su padre había preguntado y se había enojado bastante por lo ocurrido con la vitrina de la corona, pero no pareció tener sospecha de que nosotros estábamos involucrados. No me pidió más explicaciones ni habló sobre el tema, solo me advirtió que jugar con el pasado era peligroso y que debería tener más cuidado. Asentí con la cabeza como una nena obediente y, tomando mis cosas, me largué bajo la luz mañanera sin desayunar y con la carta aún escondida. Al llegar a Nova corrí hacia mi habitación, no había fracasado pero ahora Azael también sabía sobre nuestra investigación. Cada vez el grupo de personas que sabían se agrandaban, y eso era señal de que nos descuidábamos demasiado. Aunque estaba frustrada sabía que el pelinegro tenía razón, tener más cuidado y actuar desde las sombras más profundas era lo mejor para mantenernos a salvo.
Una semana más tarde supe que Azael no hablaría, de lo contrario ya lo habría hecho. Con el grupo de investigación nos encontramos en el bosque y les conté todo lo ocurrido durante la noche del evento, incluida la pelea entre padre e hijo y el hecho de que el pelinegro sabía nuestro secreto. El único que pareció molesto fue Luke, pero no por mí sino por el hecho de su desconfianza hacia Darth. Era sabido que no tenían una buena relación. Finalmente supuse que lo mejor era evitar a Azael, por lo menos por ahora. No me sentía cómoda sabiendo que él, en cualquier momento, podría comenzar a preguntar sobre el tema y querer involucrarse. Durante las clases extras procuraba luchar contra otras personas, y tras las mismas salía casi que corriendo, evitando quedarme a solas con él. Él respetó mi lejanía y no intentó acercarse, sin embargo podía sentir su mirada desde lejos rogándome volver. Quizás solo estaba exagerando y por fin encontró una excusa para alejarse de mí, pero prefería ser positiva.
Con todo lo ocurrido me había estado desviando de mi estudio, así que aproveché mi nuevo tiempo libre para estudiar, no solo sobre los temas académicos sino que también sobre los límites de la magia. Había algo que me había quedado en la mente tras hablar con Azael en la sala de vitrinas de su padre, y era la pregunta de si había alguien tan poderoso como para crear columnas de tierra sin ser un guardián. Lo más cercano que encontré a aquel hecho era la creación de los castillos de la realeza que había creado Aurelia Queen y que, con el paso de los años, sus descendientes habían modificado y renovado, pero nada más allá.
─"A veces debemos seguir nuestra intuición en vez de seguir ordenes" ─cité las palabras de mi antepasada ─, ¿Qué creen que signifique?
─Que siga su propio instinto ─respondió con simpleza la castaña sentada a mi lado, ella y Gia también estudiaban junto a mí en la biblioteca.
─Yo creo que tiene un doble sentido, igual que la anterior pista ─compartí mi opinión, pensante.
─Tiene sentido, como un patrón ─me dio la razón Gia.
─Ahora el problema es encontrar a que se refería Aurelia Queen cuando escribió la carta ─enfatizó Sol, a lo cual asentí.
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La heredera sin nombre
FantasySi pudiese volver el tiempo atrás no lo haría. Nadie nunca me advirtió. Ni siquiera me dieron un resumen o un aviso de dos palabras, quizás algo así como "¡Reina Enova!" o "¡Sos mágica!". Mi sangre proclama un trono del que, por 16 años, nunca supe...