18. Revelaciones

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Al llegar al cuarto, Luke y Sol preguntaron por el diario

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Al llegar al cuarto, Luke y Sol preguntaron por el diario. Lo ojearon y quedamos en no hablar sobre el mismo sino hasta volver a la academia. Gia prefería mantener el tema alejado de sus padres, pues estos confiscarían la libreta y la harían a un lado si se enteraban que la tenía. El lunes por la mañana los carruajes comenzaron a salir y para el mediodía habíamos vuelto a la academia. Con tan poca cantidad de tiempo habían arreglado absolutamente todo el edificio. Las partes arruinadas por completo se habían reconstruido y de paso renovado la pintura de toda pared en el terreno. No pude evitar notar que habían decidido no reconstruir la torre que yo volé por los aires, en su lugar dejaron más espacio para el césped y decoraron algunas esquinas con flores.

La directora nos citó a todos en el anfiteatro y dictó que nos dejaría el día libre para reacomodarnos. Aprovechando el tiempo disponible Sol, Gia y yo nos adelantamos junto con Luke a nuestra habitación para por fin revisar el diario que tan nerviosos nos había tenido los últimos días. El cuarto también fue renovado, y todo aquello que no se rompió lo guardaron en cajas que todavía no habíamos desarmado.

Nos sentamos sobre las camas y respiré hondo antes de abrir el diario, sería yo la que leería. La caligrafía era cursiva y estaba escrito con una tinta antigua.

"Querido Diario: He aquí la primera vez que uso una libreta para bordar los hilos de mi historia a través de un método tan ordinario como la escritura, sin embargo paréceme justo para mis descendientes que guarde un registro de las maravillas que ocurren a mi alrededor. No ha pasado tanto tiempo desde que mis más fieles compañeros me encontraron. Mi pueblo los llama guardianes, mis guardianes, pero ya son como mi familia. La verdad es que reinar un mundo mágico sin ni siquiera haber cumplido 18 años ha sido una tarea verdaderamente dificultosa, pero no me rendiré ahora que he construido todo lo que necesitamos. Greenqueen hoy me entregó más de mil troncos de madera para construir chozas y quemar con carbón, y así mantener calientes los hogares cuando el invierno comience a hacer efecto. De los seis, él es el más leal a mí. Siempre le deberé más gratitud de la que puedo humildemente ofrecer".

El resto de la hoja se había manchado con un líquido que corrido la tinta haciéndola inentendible. Pasé como tres páginas hasta que la letra volvió a ilustrarse.

"Querido Diario: Godqueen es mi mejor amiga. Luce como una diosa, con sus telas tonificadas en orcela y una piel tan brillante como el mismo sol. Pero lo mejor de todo es que ella me considera como una. Se ríe de mis bromas, inclusive las menos ingeniosas, y me ayuda a preparar los discursos para los aldeanos. Jamás conocí a alguien tan amable. Mientras tanto, Whitequeen ha estado extraña últimamente. Siempre tiene unas palabras sabias para decirme, y contempla mi alma como si fuese la más pura, pero desde hace unos días se ha mantenido en silencio, alejada de todos. ¿Será que su alma alberga una duda sin resolver, o un misterio sin descubrir, que la deja en desvelo cada noche en mi ausencia? Creo que debo hablar con ella. En fin, proseguiré con el relato diario. Greenqueen y Bluequeen han estado muy sospechosos, creo que están preparándome una sorpresa para mi cumpleaños. ¡Ojalá sean habitantes! Hace mucho que no veo caras nuevas, no me molestaría ciertamente. Finalmente, le agradezco al señor el pan de cada día y mis nuevos poderes que ejercito y manejo mejor con cada segundo que pasa. Atte: Au...".

La heredera sin nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora