Me levanté por el sonido de la multitud vociferando con quejas y los caballos alterados. Cuando cayó la noche Balderik nos recomendó acomodarnos y dormir, pues en la madrugada llegaríamos a la aduana y necesitaríamos toda la energía disponible. Me encogí en mi asiento y me dispuse a descansar, quedando dormida casi al instante. Al despertar, encontré mi cabeza se había inclinado hacia un lado, apoyándose sobre un cómodo hombro. Una mano acariciaba mi pierna de una forma tranquilizadora, logrando que mi corazón se acelere de repente. Incliné mi cabeza para mirarlo, e instantáneamente él me ojeó de lado con una leve sonrisa.
─Buenos días, morocha ─murmuró, logrando despertarme por completo.
Me separé de su hombro, mirando mi alrededor. Balderik había bajado. Luke y Sol ya estaban despiertos mientras que Gia y Alexei dormían complacidos sobre sus asientos. Estábamos quietos, en la ventana pude ver que unos metros más adelante se encontraba la aduana llena de carruajes y gente intentando a travesar el tráfico.
─¿Qué ocurre? ─interrogué, refregándome los ojos para deshacerme de las legañas.
─Balderik está preparando todo para el segundo paso del plan ─contestó Luke. Parecía un tanto irritado, con los brazos cruzados sobre su abdomen, pero intentó cuidar su tono al hablarme.
─Tu hermano no me quiso contar de que se trata, y creo que le caigo mal a tu amiga ─murmuró Azael mirando a Sol de reojo.
─No me caes mal, me eres indiferente ─aclaró ella, quien claramente había escuchado.
─Los guardias de la aduana siempre revisan los carruajes de los cafages, así que tendremos que bajarnos y atravesarla por el paso peatonal. Balderik tiene a alguien que nos puede hacer pasar sin revisar nuestra identidad ─le informé, recordando la charla que tuve con mi tío el día que le conté sobre la idea de fugarnos.
─¿Tendremos que pasar entre toda esa gente? ─indagó apuntando con la mirada a la ventana.
─Sí, y ocultando tu rostro y el de Gia ─finalizó el pelirrojo. Ante el silencio del pelinegro, elevó una ceja con una sonrisa burlona ─. ¿Qué? ¿Te da miedo? ¿O es que el niño rico no puede pasar entre plebeyos?
─No, Ruzz, simplemente me parece que no será tan sencillo como ustedes dicen.
─Oh, me olvidé que alguien como tú necesita un carruaje negro y dorado con el escudo de tu familia. Lo sencillo no va contigo ─soltó con desdén en un tono calmado.
─¿Te mueres de envidia, verdad? Tengo todo lo que tu deseas. Poder, dinero, familia y... ─pareció que se decían algo con la mirada, como dos soldados a punto de pelear, porque de eso se trataba la guerra. Antes de que Luke respondiera, intervine.
─Por si se les olvidó, estamos en la búsqueda de la tercera carta para poder salvar a Enova de una catástrofe. Dejen sus peleas infantiles y maduren de una vez ─solté con exigencia. «Este será un largo viaje...».
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La heredera sin nombre
FantasíaSi pudiese volver el tiempo atrás no lo haría. Nadie nunca me advirtió. Ni siquiera me dieron un resumen o un aviso de dos palabras, quizás algo así como "¡Reina Enova!" o "¡Sos mágica!". Mi sangre proclama un trono del que, por 16 años, nunca supe...