─¿Pero entonces que hiciste? ─preguntó el pelirrojo con curiosidad.
─Use mi telepatía. Estallé a carcajadas mentalmente dejándolo básicamente sordo y distrayéndole al mismo tiempo. Solo me bastaron un par de patadas para hacerlo caer ─rió levemente por mi entusiasmo.
Ambos caminábamos por los pasillos de Nova. Al terminar su clase pasó a buscarme y quiso acompañarme hasta el patio trasero, donde serían mis clases extras con los profesores de Keo.
─Esa fue una muy buena estrategia, te felicito ─admitió orgulloso.
─¿Te das cuenta? Una genio en potencia ─bromeé.
Ayer, luego de las clases extras, fui a su habitación como acordamos y charlamos sobre varias cosas. Me contó sobre sus vacaciones en casa de Alexei, a lo cual le conté sobre mi tiempo con los cafages. Ambos coincidimos en que aún no era momento de charlar con mi madre. Le contamos a Alexei sobre nuestro parentesco familiar y acordamos que no sería un secreto, pero tampoco andaríamos gritándolo por ahí. Obviamente la historia sobre como lo descubrimos tuvimos que alterarla, pero como no era lo más importante de la noticia no le prestamos mucho atención. También, al llegar a mi habitación se lo conté a Gia y a Sol, las cuales quedaron como si hubiesen visto fantasmas. Aún río mentalmente al recordarlo. Me alegró que, en cierta forma, habíamos olvidado nuestra discusión. Como si nunca nos hubiésemos gustado, como si hubiésemos entendido que ese cariño siempre fue de hermandad. Como si el corazón hubiese confundido los roles.
Por otro lado, aún no le había dicho nada sobre el libro que me dio Mariel. Estaba dejando eso para cuando nos volviésemos a juntar todos, así poder juntar esa información junto a la que consiguió Alexei, quien según tenía entendido estuvo trabajando durante el verano para averiguar donde podía estar la segunda carta.
─¡Ah! Por cierto, ¿Por qué se pelearon con Azael? ─indagué, recordando que fue lo único que no le había preguntado hasta ahora.
Él bufó y chasqueando la lengua se encogió de hombros. Me quedé mirándolo con los ojos entrecerrados, intentando descifrar que ocurrió, pero Luke finalmente suspiró rodando los ojos y contestó.
─Crucé de opiniones, nada que importe ahora.
─¿Seguro?
─Seguro ─afirmó.
─¿Como un candado? ─bromeé, ambos estábamos felices.
─Como una bóveda.
─¿Tanto? ─pregunté falsamente sorprendida.
─Sí, sí. Tanto. Te lo aseguro ─rió levemente.
─¡Oh! Y... una cosa más ─recordé lo que venía pensando desde la mañana.
─Dime.
─Feliz cumpleaños atrasado ─lo felicité. Su cumpleaños había sido el 19 de febrero, pero al estar separados no pudimos festejarlo ─. Oficialmente, tienes 18. La legalidad toca tu puerta.
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La heredera sin nombre
FantasySi pudiese volver el tiempo atrás no lo haría. Nadie nunca me advirtió. Ni siquiera me dieron un resumen o un aviso de dos palabras, quizás algo así como "¡Reina Enova!" o "¡Sos mágica!". Mi sangre proclama un trono del que, por 16 años, nunca supe...