Si pudiese volver el tiempo atrás no lo haría.
Nadie nunca me advirtió. Ni siquiera me dieron un resumen o un aviso de dos palabras, quizás algo así como "¡Reina Enova!" o "¡Sos mágica!".
Mi sangre proclama un trono del que, por 16 años, nunca supe...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Apoyé mi espalda contra un árbol y me senté cómodamente sobre el césped. Saqué mi botella de agua y le di un largo trago. No habíamos caminado mucho, pero desde antes de mi clase extra que no bebía nada y me sentía cansada. Luke se sentó a mi lado y me pasó mi mochila que anteriormente se había ofrecido a cargar. Sol, Gia y Alexei se sentaron en frente, armando un círculo.
─¿Me recuerdan porqué no nos juntamos en nuestra habitación? ─indagó Sol cruzándose de brazos con una expresión neutral.
─Deben empezar a tomar más precauciones ─explicó por cuarta vez Alexei ─. ¿Por qué creen que es difícil encontrar información de la primera reina? Es un tema prohibido, en toda Enova. Si los escuchan, inclusive de pura casualidad, podrían estar en problemas.
Cuando habló sobre esto la primera vez días atrás concordé con él. Nuestra habitación era segura pero alguien podía entrar de imprevisto o si los directivos pasaban por delante de la puerta y escuchaban algo, aunque sea lo más mínimo, no nos dejarían volver a investigar. Por esa razón decidimos venir al bosque, más precisamente a la parte con árboles rosados. Observé sus hojas acordándome de cuando tuve que compartir mi castigo con Azael, recolectando ingredientes para las profesoras.
Con el pelinegro nos estuvimos viendo la última semana desde que nos volvimos a encontrar tras las vacaciones, no era nada demasiado importante a decir verdad. Después de las clases extras nos escabullíamos por algún salón vacío o en las esquinas menos vistas y pobladas para volver a besarnos y sentir esa adrenalina. Nunca dimos un paso más allá, y no sabía si él o yo querríamos hacerlo, pero lo que sí sabía es que si seguíamos así aquello se convertiría en una rutina adictiva, de esas que no haces por obligación o costumbre sino que por placer.
Volví a concentrarme en el presente. De mi mochila saqué el libro que me dio Mariel antes de abandonar a los cafages y, al ver esto, los demás también sacaron libretas y hojas sueltas en las que tenían ciertas anotaciones o información que sería útil.
─Con Luke estuvimos visitando varios lugares durante el verano ─comenzó Alexei ─, y descubrimos varias cosas ciertamente interesantes.
Luke asintió con la cabeza sacando una hoja doblada de su bolsillo. La abrió, logrando que yo vea su letra dispareja, y carraspeó la garganta para hablar.
─Logramos contactar con el hijo de un amigo de una antepasada Queen. Este nos contó que la familia Queen siempre conservaba varios objetos de valor que hubiesen sido importantes en un pasado. Entre ellos, el queenport, el diario de la reina y la corona de Katherine Queen; primogénita de Aurelia Queen.
Aurelia Queen, la primera reina de Enova. Ese era su nombre, entonces. Mi corazón latió más fuerte, las chicas también parecían sorprendidas.
─¿Él sabía el nombre de la primera reina? ─preguntó atónita la rubia.
─Sí, al parecer era muy cercano a la muchacha y esta le contó esa información, aunque no nos quiso decir el nombre de su amiga ─respondió Alexei.
