15. El antes y el ahora

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─Admitirlo no te va a arruinar la vida ─dijo con una expresión seria Gia, aunque sabía que por dentro estaba divirtiéndose como nunca

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─Admitirlo no te va a arruinar la vida ─dijo con una expresión seria Gia, aunque sabía que por dentro estaba divirtiéndose como nunca.

─No tengo nada que admitir ─sonreí levemente y con tranquilidad.

─¡Mira como se sonroja! ─chilló ella hacia la castaña, quien se rio de mí.

Las tres estábamos sentadas encima de mi cama y con los pijamas puestos. Hace un rato habíamos llegado de cenar y, después de bañarnos, Gia comenzó a insistir en que le cuente cómo era mi relación con Azael. Según ella, hay amor. Según yo, con suerte sé su nombre.

─Y eso de la lluvia que nos contaste fue muy romántico ─comentó Sol.

─¡Exacto! Acostarse juntos bajo la lluvia no lo hacen las personas "que no son nada" ─me acusó la rubia usando sus dedos para decir la última parte entre comillas ─. Además, el tiempo no determina los sentimientos de una persona. Puedes conocer a alguien desde hace cinco minutos y ya ser mejores amigos o por lo contrario conocerse hace años y que no haya ningún tipo de cariño.

Algo de razón tenía. Hacía dos semanas que había llegado a Nova y las conocí, y fueron mejores amigas que las chicas de mi escuela en Big Bang, sin embargo eso no significaba que me gustara el pelinegro. Me parecía interesante y, aunque al principio causó una extraña primera impresión, al hablar un poco con él me sentí todavía más intrigada en saber sobre el mundo que lo rodeaba, sobre su forma de ser y pensar. Pero eso era muy distinto a que me gustase.

─Me parece que están viendo fantasmas donde no los hay ─me mordí el labio inferior para contener la risa y negué con la cabeza divertida.

─Bien... imaginemos que nos creemos que no te gusta Azael ─comenzó la rubia, y no hizo falta que diga nada más para que yo ya sepa a donde iría la conversación.

─No.

─¡Si ni siquiera sabías lo que iba a decir! ─se excusó riendo.

─¿Algo referido a Luke? ─al ver como bajaba la cabeza tratando de esconder su risita, negué con la cabeza, esta vez menos divertida ─. Durante toda mi vida me dijeron lo mismo. "Es imposible que convivas con alguien tan lindo como él y solo sean amigos" "Di la verdad, ¿No te gusta ni un poquito?" "El cliché perfecto con el hermanastro" ─imité las voces chillonas de mis compañeras antes de soltar un suspiro lleno de estrés.

─Es tu culpa por tener un amigo tan lindo ─soltó Sol mientras jugaba con una goma para el pelo. Se la pasaba de una mano a otra casi de forma automática.

─¡¿Sol?! ─chilló Gia en su dirección, yo reí abiertamente, tanto que casi me caigo de la cama.

─¿Qué? No me gusta pero tampoco soy ciega.

─Tiene un punto ─la apoyé viendo como Gia se sorprendía y sonrojaba a la vez ─. Aunque he de admitir algo... ─ambas me miraron con curiosidad y cautela, esperando una respuesta ─. Creo, no estoy segura pero creo, que en algún momento si me gustó.

La heredera sin nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora