33. Correr el riesgo

28 4 1
                                    

─¿Ya hablaste? ─pregunté con impaciencia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

─¿Ya hablaste? ─pregunté con impaciencia.

─Sí, nos van a estar esperando tras el bosque, por el camino del este ─respondió Luke, tomando mi bolso y el de la rubia entre sus manos.

─¿Sol y Alexei están dejando sus cosas ya? ─indagó Gia, a lo cual el pelirrojo asintió ─. Bien. Luego del show de inicio nos vamos.

Los tres salimos de mi habitación y caminamos a paso apresurado hacia la planta baja. Evitamos a la multitud entretenida en las actividades del día. El festival se iba a festejar con mayor excelencia en Nouan, por lo tanto Nova iba a dar un pequeño show para rememorar a los guardianes y después cada uno podría irse de la academia para festejar con sus familias y demás. También se cancelaron las clases así que no se veían muchos profesores en el edificio. Atravesamos el bosque hasta llegar al carruaje oculto de los cafages, donde los dos miembros faltantes del equipo subían sus bolsas dentro del vehículo. Luke se apresuró a subir el equipaje de Gia y el mio, para que finalmente Balderik cerrara la puerta.

─¿Cuanto durará el show? ─preguntó en dirección al pelirrojo.

─Una hora como mucho ─contestó él con seguridad.

─De acuerdo. Princesa Gia ─se dirigió a la nombrada a mi lado ─, necesito que hagas notar tu presencia. Que vean que la princesa disfruta del día y que irá al pueblo a festejar con su gente. Eso nos dará tiempo para viajar sin dejar rastro ─ella asintió con la cabeza, entendiendo lo que tenía que hacer ─. Debo preguntar esto una vez más, ¿Entienden que nos perseguirá todo el ejercito real? La desaparición de un miembro de la familia real es algo muy grave ─advirtió una última vez.

─Estamos dispuestos a correr el riesgo ─contesté hablando por todos. Esto lo habíamos discutido bastante entre nosotros, e inclusive pensamos en viajar sin Gia, sin embargo la misma se negó rotundamente.

─En ese caso, los esperaremos aquí ─finalizó. Ya nos estábamos yendo cuando siento una mano tocando mi hombro ─. Donna, puedes quedarte un momento ─pidió, a lo cual los chicos se giraron viéndonos con curiosidad.

─Si, claro ─asentí, indicándole a los chicos a través de señas que vayan a la academia.

Balderik comenzó a caminar alejándose de los carruajes, lo seguí desde atrás algo ansiosa por saber lo que tenía para decirme o mostrarme. Al estar bastante alejados de los demás cafages se detuvo y me miró con una sonrisa inocente.

─¿Qué hiciste? ─pregunté, intuyendo que se venía una mala noticia.

─Ella me obligó ─se justificó. Incluso sin decir su nombre supe de quien hablaba.

─¿A hacer qué? ─interrogué con severidad.

Sin decir una palabra más pasó por mi lado y se alejó. Al girarme pude ver el rostro de mi mamá acercándose con pasos lentos. Asintió con la cabeza agradecida en dirección a Balderik antes de que este desapareciera, dejándonos solas.

La heredera sin nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora