Todo el día siguiente nos las pasamos viajando. Parábamos cada cierto tiempo para estirar las piernas y comer o tomar agua, pero el resto del viaje vivíamos dentro del carruaje. Aprovechamos ese tiempo para hablar entre todos, contando anécdotas y bromas que lograban sacarnos una sonrisa general. Para mi sorpresa, Sol y Azael se llevaban muy bien. Tenían una personalidad muy parecida, lo cual hacía que concordaran en la mayoría de cosas. Gia y Luke también se complementaban de cierta forma. Hacía tiempo que no veía al pelirrojo con una sonrisa tan genuina, cosa que me alegró sinceramente. Alexei y yo, por otro lado, entrelazábamos nuestro humor. Mientras que el mío era algo sarcástico, el de él tiraba para lo family friendly. No supe como, pero en un momento dado combinamos los chistes en una mezcla rara que te hacía reír por lo ridículo que era.
De todas formas, no pude sacarme el sentimiento de agobio. No iba a negarlo, el hecho de encontrarme con los guardianes me ponía nerviosa. Era la única conexión que tenía con Aurelia Queen aparte de mis poderes y mi sangre, y sentía la necesidad de llegar hasta ellos, de encontrar respuestas. No solo por los ataques, sino que también por la incertidumbre sobre lo que tenía que hacer para recuperar mi trono. Yo no había olvidado mi misión principal, recuperaría mi corona, pero primero debía saber cómo y algo me decía que los guardianes tenían las respuestas.
Habíamos estado viajando tres días completos. No éramos una gran multitud de personas, pero la realidad es que a veces deseaba estar sola. Llegada la noche informé mi falta de apetito y me fui a acostar. Necesitaba pensar, aclarar mis ideas y objetivos. Un tiempo para mí. Claramente, porque el mundo se divierte viéndome sufrir, al cerrar los ojos lo primero que escucho son unos pasos acercándose y entrando en la tienda de campaña.
Creí que era Azael y que se acostaría a mi lado, sin embargo la caminata se detuvo un poco lejos de mi cama improvisada, dándome cierta curiosidad que logró hacerme levantar la cabeza. Luke, con sus manos en los bolsillos del pantalón y el pelo algo revuelto, me observaba con una expresión que durante toda mi vida había odiado. Cuando una persona te conoce y sabe que algo es diferente, que te rodea un ambiente distinto. Una mirada que gritaba "Te conozco más que tú misma". Acercándose con lentitud se sentó junto a mí, soltando todo el aire que había contenido.
─¿Es por los guardianes, verdad? ─preguntó, aunque fue más como una afirmación. No había duda en su voz.
─No tengo miedo ─aclaré ─, es más como un presentimiento.
─¿Presentimiento de qué? ─frunció el ceño.
─De que la respuesta que puedan darme no sea la que estoy buscando.
─¿Y qué respuesta estás buscando?
Aquello me dejó pensando un rato. Tenía claro que quería ser reina, pero el camino estaba lleno de bifurcaciones y no estaba lista para decidir entre mi moral y mi deseo. ¿Será esta una responsabilidad que tomé sin pensar?
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La heredera sin nombre
FantasíaSi pudiese volver el tiempo atrás no lo haría. Nadie nunca me advirtió. Ni siquiera me dieron un resumen o un aviso de dos palabras, quizás algo así como "¡Reina Enova!" o "¡Sos mágica!". Mi sangre proclama un trono del que, por 16 años, nunca supe...