23. Remover el pasado

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Un golpe seco sobre la mesa

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Un golpe seco sobre la mesa. Alexei acababa de dejar su bandeja con el desayuno junto con su expresión de sueño. Se sentó sin ganas en la banqueta y, apoyando su cabeza sobre su mano, cerro los ojos para dormir.

─Buenos días ─saludó Sol con cierta diversión. Gia sonrió en silencio, aunque estaba casi tan mal como Alexei.

─Ugh ─gruñó como respuesta.

─¿Resaca? ─pregunté con una ceja elevada.

─Ajá.

Anoche habíamos festejado en su casa hasta altas horas de la noche. Los carruajes nos devolvieron a la mayoría a la academia y al día siguiente la mitad de los estudiantes ya se habían ido. Pronto tendríamos que empacar también.

─¿Dónde está Luke? ─indagué, no lo veía desde el show, cuando cruzamos miradas al principio del acto.

─En nuestro cuarto.

Dejé mi manzana a medio comer sobre la mesa y tomé rápidamente un trago de mi café con leche.

─¡Los veo luego! ─me despedí a las apuradas antes de encaminarme hacia las habitaciones.

Tenía muchas ganas de saber su opinión sobre el show y de contarle lo difícil que fue para mí invocar más de un poder a la vez. A Azael y a mí se nos había ocurrido durante una de las prácticas y después de varios (Muchos) intentos pude invocar unos copos de nieve al mismo tiempo que el piano tocaba el feliz cumpleaños. Me costó trabajo saber utilizar dos a la vez, cuando al pelinegro se le ocurrió que podía usar tres. Me negué rotundamente, pero al final del día me convenció. Aún no entiendo cómo.

Caminé contenta hasta llegar delante de su puerta. Toqué con dos golpes y después de unos segundos me abrió. Fruncí el ceño, ciertamente desorientada. Usaba un pijama algo desgastado, seguramente provenía de una de las donaciones del gobierno; su cabello enmarañado apuntaba hacia todos lados; sus ojos estaban irritados y con ojeras. Al verme suspiró pesadamente y se hizo a un lado para dejarme entrar.

─¿De qué me perdí? ─pregunté confundida al entrar, él cerro la puerta y caminó hacia su cama arrastrando los pies. Apenas llegó se tiró de lleno con desgana. Caminé hasta el borde esperando que contestara, pero no lo hizo. Se mantuvo en silencio, observando el techo ─. ¿Luke?

─No dormí mucho anoche ─se excusó, pero ambos sabíamos que no era la verdadera razón de su estado.

─¿Qué pasó? ─pregunté sentándome a su lado ─. Di la verdad esta vez, si no te molesta.

─Me molesta ─contestó al instante.

Elevé una ceja intentando descifrar que le pasaba, pero no había forma de adivinar que ocurría.

─¿En serio? ¿No vas a contarme que sucede?

─Tú deberías saberlo, ¿No eras mi mejor amiga?

─Lo soy.

La heredera sin nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora