─Puedes sacarte eso, estás a salvo aquí ─aseguró calmado Luke señalando mis lentes y mi gorro de lana.
─Nunca se sabe ─contesté soltando el aire que había estado manteniendo. No iba a admitirlo, pero estaba nerviosa.
─Todo saldrá bien ─intentó tranquilizarme mi madre.
─Ella siempre quiso ser hipster de todos modos ─bromeó el pelirrojo ganándose un buen golpe en el hombro por mi parte.
Desde lo ocurrido con la última columna hacía un poco más de un mes, habíamos estado huyendo de los guardias reales que se habían desplegado por toda Enova. El pueblo sabía que yo era la heredera de las Queen, y muy pocos tenían el conocimiento de que no había sido yo la de los ataques. De todas formas, el rey aclaró que me querían viva y a salvo así que no corría el riesgo de morir, sino más bien de perder mi libertad. Por eso con Luke decidimos que lo mejor sería volver a nuestro mundo por un tiempo, hasta que las aguas se calmen. El espectáculo que habíamos causado para huir el primer día aún seguía en mi cabeza como un disco rayado. Prefería guardarme los detalles para mi misma.
─Ahí vienen ─indicó el pelirrojo ladeando con la cabeza hacia el costado.
Me enderecé, separándome del árbol en el que había estado apoyada esperando hacía un rato. El medio del bosque había sido el mejor punto de encuentro para mantener mi perfil bajo. Gia, Azael, Sol y Alexei se acercaban sonrientes, cargando sus bolsos y charlando entre sí. Cuando nos vieron básicamente se nos tiraron encima.
─Por todos los guardianes, parece que han pasado siglos desde la última vez que los vimos ─exclamó emocionada la rubia.
─Es cierto, su ausencia se nota más que su presencia ─indicó Sol.
─¿Eso es bueno o malo? ─preguntó Luke divertido.
─Ambos, pero solo bueno en este caso.
─¿No los siguió nadie? ─indagué primero que nada, ser una fugitiva alimentó mi inseguridad con el entorno y me sentía observada todo el tiempo.
─No, fuimos cubriendo nuestras huellas ─afirmó Azael acercándose, depositó un leve beso en mi frente antes de alejarse un poco y sonreír. Me había extrañado y se estaba reteniendo para no ser tierno.
─Manos lejos de mi hija, vaquero ─advirtió mi madre apareciendo detrás de mí. Azael se alejó dos pasos con las manos en alto mientras yo reía levemente.
─Tú debes ser la madre de Donna ─afirmó Gia, era la primera vez que veían a mi mamá.
─Ygritte, un gusto ─se presentó tratando de verse seria.
─Se parecen bastante ─indicó Alexei sonriendo de oreja a oreja. Dos Queen en el mismo lugar al mismo tiempo, debía estar gritando de la emoción por dentro.
─Me encuentro realmente emocionada en estos momentos por lo que vamos a hacer ─chilló Gia, dando unos pequeños saltitos sobre su lugar.
─Yo igual, ya quiero conocer Big Bang ─comentó Sol, jamás la había visto tan contenta.
Cuando con Luke decidimos que queríamos volver al otro mundo se me ocurrió una idea: invitar a los chicos a que vengan con nosotros. Tuvimos que convencer a mi mamá, pues sería en su casa donde todos viviéramos, pero finalmente lo logramos. A través de Balderik les enviamos cartas con el plan. Azael le pediría a su padre pasar las vacaciones con sus amigos en una mansión en Whitequeen. Cuando Keo aceptara, todos los demás pedirían permiso y, eventualmente, los padres aceptarían pues se trataba de la familia Darth, nadie desconfiaba. En vez de ir a la mansión en Whitequeen se internarían en el bosque cercano a Nova, donde siempre nos habíamos juntado, para viajar a nuestro mundo. Sorprendentemente, funcionó.
─¿Están todos listos? ─preguntó mi mamá con una sonrisa teñida en su rostro.
─Sí, creo que sí ─afirmé en nombre de todos.
─Bien, acérquense.
Unos pasos detrás suyo se encontraba el queenport. Aquel cofre que había comenzado con esta aventura, el que me había marcado y cambiado para siempre. Pequeño cofre del demonio, quería patearlo. Casi suelto una risa, también quería abrazarlo. Tenía sentimientos encontrados, y cada uno más confuso que el otro.
─En cuanto lo abra todos viajaremos, puede marear un poco pero estarán bien ─avisó agachándose frente al objeto.
─Puedo afirmar que pasamos cosas peores. ─Gia me robó las palabras de la boca. Mi madre asintió y nos dirigió una última sonrisa.
Finalmente, y conteniendo toda nuestra emoción y ansias, abrió el queenport, iluminándonos hasta cegarnos. Me llené de nostalgia, recordando mi habitación y la primera vez que viajamos. Hasta pude oler el aire denso de Brownqueen cuando aterrizamos por primera vez con Luke. No había sido solo un viaje, no fuimos solamente de una ubicación a otra. Era algo más profundo, más intenso hasta podría decir. No estaba segura de lo que el futuro esperaba de mí, jamás lo supe, pero tampoco quería adivinarlo. Si tenía que ser una sorpresa entonces estaría expectante, como si fuese a recibir un regalo o... quizás, si es que verdaderamente existen, un deseo.
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La heredera sin nombre
FantasySi pudiese volver el tiempo atrás no lo haría. Nadie nunca me advirtió. Ni siquiera me dieron un resumen o un aviso de dos palabras, quizás algo así como "¡Reina Enova!" o "¡Sos mágica!". Mi sangre proclama un trono del que, por 16 años, nunca supe...