Verdad

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—Lo que me faltaba, que asumieras la misma actitud de tu padre conmigo, la misma que tanto le reprochabas. Te corrijo, mi amor. Algo viejo es algo que no sirve, y no sé si lo puedes notar, pero este hermoso cuerpo lo conservo muy bien. Se supone que tú como mi hijo, debes sentirse orgullo y feliz de tener una madre con una autoestima como la mía. Si no puedes estar feliz por verme feliz, entonces no tiene caso pedirte que me comprendas. Por otra parte, esto que llamas vulgar, es lo que te ha dado de comer todos estos años. Este lugar tan vulgar ha pagado tu colegio, tu ropa, tus vídeojuegos, en fin, todo lo que tienes. Estoy muy orgullosa de este lugar, el cual considero mi templo personal. ¿Acaso pensaste que todo salía de la cuenta de tu padre?

De su boca no salía ninguna palabra, solo me miraba sorprendido.

—Hablando de tu padre; creo que es el momento perfecto de aclarar muchas cosas, ya que te has estado ocultando de mí y no pienso perder la oportunidad de sacarme todo lo que tengo aquí dentro.

—¿Qué más me dirás de papá que ya no sepa? Sé perfectamente que no lo querías, ¿qué persona que quiere a alguien, es capaz de pegarle los cuernos?

—Ah, cuernos— reí, haciéndole un gesto a Katrina para nos dejara a solas—. Qué buena elección de palabra, mi amor. Pero ¿sabes qué es más gracioso? Que a estas alturas intentes defender a tu padre, sabiendo que santo jamás ha sido. Es bueno tener la oportunidad de expresarme, sin tener que guardar nada por dentro. No hay necesidad de seguir ocultando nada, ya que, al parecer tu abuela te llenó la cabeza de tonterías.

—La abuela solo me dijo la verdad.

—Dices que eres un adulto, ¿no es así? Entonces espero que como adulto asumas todo lo que te voy a decir. Tu padre y yo nunca nos quisimos. Si decidimos actuar como una pareja normal, era para no lastimarte y que no tuvieras que pasar por lo mismo que yo con mis padres. Te traje a este mundo, dejando toda esa mala vida que tuve en el pasado, algo que ya conoces, porque te lo he dicho varias veces. Quise darte una familia estable, que no te faltara jamás esas dos figuras que, a pesar de que yo las tuve presente, era como si no las tuviera. Por eso me sacrifiqué, lo di todo para ser una buena y digna madre para ti; una madre por quien estuvieras orgulloso. No voy a sacarte nada en cara por lo que hice por ti, porque ese era mi deber y responsabilidad como madre, el sacarte adelante, inculcarte valores, educarte, pero ahora bien, ¿quién estaba para ti cuando enfermabas, cuando tenías tareas difíciles, cuando necesitabas consejos, cuando necesitabas un pecho donde llorar, cuando tenías miedo a la oscuridad y no lograbas conciliar el sueño? ¿Quién decía presente cada vez que tenías una actividad del colegio? ¿Quién te brindaba su amor, apoyo incondicional y su tiempo? Antes nos teníamos el uno al otro, pero desde que tu abuela se metió en nuestras vidas, lo que hizo fue alejarte de mí, por la simple razón de que Octavio seguía conmigo, a pesar de ella no estar de acuerdo con nuestra “relación”. No dejes que la tristeza o la culpa por la repentina muerte de tu padre te ciegue. Octavio quiso enmendar todo lo malo que nos hizo por años, en esos últimos días que le quedaba de vida. Dime si puede existir un ser más egoísta, manipulador e hipcorita que él. Solo para que entiendas las cosas, dejaré que él mismo te lo diga de su boca.

Esta vez estaba dispuesta a mostrarle el vídeo. No iba a quedarme con esa molestia atragantada.

—Siempre me han querido hacer ver como la mala del cuento, y sí, tal vez me he equivocado mucho, porque estaría mintiendo si no lo admito, pero soy humana, no soy perfecta, aunque me haya esforzado tanto en tratar de serlo para ti todos estos años. Te puedo asegurar que dentro de todo lo malo, mi norte siempre has sido tú y tu bienestar, aunque ahora mismo solo enmarques mis errores. 

Venganza Silenciosa [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora