CAPÍTULO 8. Empezar a hacer las cosas bien

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Jaden.

Dos días atrás.

Levanto las manos y me acerco a los agentes, que todavía tienen sus armas en alto.

—¡Vamos! ¡Contra la pared!

—Ya he dicho que ellos no han tenido nada que ver —digo —He sido yo.

—¡Ni una palabra más! —mira a su compañero —Esposa solo a este e interroga a los demássusurra —Es el hijo de Lucas, el hermano de Jey, así que con cuidado.

Supongo que eso es un punto a favor.

El hijo de puta al que casi mato pasa por mi lado sostenido por los auxiliares de ambulancia y tenso mi mandíbula, con ganas de seguir partiéndole la cara contra el suelo. Tenía que haberlo desfigurado más de lo que está, o haber acabado con su pene así no abusa de ninguna chica en lo que le resta de vida.

El otro policía llega hasta mí para agarrar mis manos y esposarlas, y mis hermanas intentan alcanzarme, gritando e intentando también deshacerse del resto de los agentes, que les prohíben acercarse.

Suspiro, porque estás niñas no se van a dar por vencidas, y me acerco un poco a ellas llamando la atención del policía que estaba entretenido con mis manos, que tira de mí hacia él para que no haga "ninguna tontería".

Hago una mueca y miro a mis nanas, que no paran de llorar.

—Tranquilas, que no va a pasarme nada —sonrío, a ver si así se calman —Todo va a estar bien.

Danielle niega —¡Tenías que haber parado, capullo!

Cierro mis ojos, oyendo esta vez a Marie gritar —¡Cállate, Danielle, él solo la quería defender! —chasquea su lengua —Si no la hubiese llegado a ayudar...

Mi hermana pequeña lleva las manos a su cabeza y miro a Danielle, que no deja de mirarme con miedo.

—Un momento —el inspector de policía que conoce a mi tío frunce el ceño y se acerca a mis hermanas —¿Defender de qué a quien?

—Defenderme a mí del hijo de puta ese —Star aparece con su cara empapada en lágrimas y la miro esta vez a ella, percatándome de lo destrozada y llena de rabia que está.

A mi me da igual como estén las cosas con ella, me da igual odiarla con toda mi alma, volvería a reventar a ese tío una y mil veces más, porque lo que ha estado a punto de hacerle a mi ex novia, ha sido...

—¡Él solo me defendió! —grita la rubia —¡No os lo podéis llevar porque se ha vuelto loco como lo hubiese hecho cualquiera si hubiese presenciado un intento de abuso, por Dios! —mientras va diciendo todo eso se acerca a mí y lamo mis labios, cuando agarra mis mejillas y me mira directamente a los ojos.

Esta noche estaba preciosa, y cuando la he visto salir hablando por teléfono, inconscientemente he querido seguirla  con la escusa de que quería despejarme, y gracias a dios que esta vez le he hecho caso a mis impulsos, porque si no llego a hacerlo...

Star comienza a respirar con dificultad, sorbiendo su nariz —Lo siento tanto, Vaquero... —niega y cierra sus ojos —Perdóname.

Tiran de mí para meterme en el coche y niego, mirando a la chica rubia que lleva una mano a su boca, destrozada —Ni se te ocurra pedirme perdón por esto. Tú no has tenido la culpa de nada.

Jaden...

—Star, no dejes a mis hermanas.

Me meten en el coche quitándome la oportunidad de decirle algo más y miro a través de la ventanilla, viendo a mi familia y amigos, como locos.

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