CAPÍTULO 31. Huele raro

407 38 2
                                    

Star.

El café calienta mis manos mientras paseo por Berlín, distraída y en mi mundo. Llevo toda la tarde haciendo planes en soledad, leyendo un libro sentada en un banco, organizando mis horas de estudio para la próxima semana, y estructurando bien las partes de mi novela porque en unos días la mando a la editorial.

Sabía a lo que venía independientemente de todo, por eso no me quejo de pasar estos ratos a solas. Entiendo que Jaden se está jugando su futuro y bastante estresado está ya como para echarle nada en cara.

Ya me dijo que hiciera planes con Tony, pero demasiada intensidad para mi gusto.

Sonrío cuando veo a un par de niños jugar y niego, pensando ahora en como mi mejor amiga me llamó hace un rato con un ataque de nervios diciéndome que tenía un retraso y que se había hecho una prueba de embarazo.

No sé como no me ha dado algo mientras me relataba todo.

¿¡No pensaste que la mejor opción era usar condón!?

Danielle muerde sus uñas del otro lado de la pantalla y muerdo mi labio, pensando en que Jaden no se puede enterar de nada de esto.

Era físicamente imposible que pasara, Star. Nos cuidamos.

—¡Dan, que te has desplomado y casi me matas de un infarto cuando he oído todo el revuelo!

Mi mejor amiga sonríe y mira el predictor, más relajada y con sus ojos hinchados de haber llorado por horas —Oficialmente no seré mamá, Rizos, ya está.

Admito que jamás había estado tan nerviosa y con esta sensación tan rara en el estómago, aunque supiera el resultado de la prueba, pero de sólo imaginar a mi amiga siendo madre, ahora, me da algo.

Saco el móvil para ver si el amor de mi vida me ha dejado algún mensaje y mientras, acomodo mi pelo, caminando hacia su apartamento porque ya a oscurecido y no quiero andar mucho tiempo más, sola.

Veo que tengo varios mensajes de mamá, algunos de Marcus, otros pocos de Marie...

Nada de Jaden.

Suspiro pesadamente y guardo el aparato, esperando que todo haya salido bien, que mi chico haya tenido toda esa suerte que merece, y que le quede poco para...

Freno mis pensamientos, cuando al mirar hacia su cafetería de confianza, a unos metros de su calle, mis ojos se encuentran con su rostro, una gran sonrisa en su cara y a él hablando animadamente frente a Claire, mientras dos tazas humeantes están frente a ellos también. No me ha dicho nada de que había salido ya, no me ha avisado y llevo todo el santo día sola y preocupada como para que ahora me encuentre con esta imagen y situación.

¿Que significa todo esto?

Sin pensarlo mucho y con la cara como un tomate de roja, camino decidida hacia el bar, y entro haciendo todo el ruido que puedo, llamando así la atención de casi todos los clientes menos de quien tengo que llamar la atención, que está muy risueño con la lagarta de "mi amiga".

Voy a hacia su mesa con la mejor de mis sonrisas y aclaro mi garganta, haciendo así que Jaden me mire y que Claire se gire. Mi novio de primeras se queda un poco fuera de lugar, pero enseguida sonríe ampliamente y se levanta de su asiento, llegando hasta a mí.

—Hola, mi amor —susurra, agarrándome de un lado de la cara y plantando un beso en mis labios que me hace replantear el enfado, pero no, tengo que mantenerme fuerte.

Pongo una mano en su pecho y finjo una sonrisa, apartándolo sutilmente —Te hacía aún en la universidad, como no me has avisado de que habías salido y encima estás aquí con...—lamo mis labios —Claire.

¿A donde vamos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora