CAPÍTULO 13. Somos una

525 57 3
                                    

Danielle.

¿Que demonios hago ahora? —Star intenta no acabar con sus uñas y Bufa, tapando su cara con ambas manos.

—Decirle la verdad.

Mi mejor amiga mira a mi hermana como si hubiese dicho una locura y esta se encoge de hombros, mirándome directamente a mí.

—No le pienso decir la verdad, por lo menos por ahora.

—Pues algo tienes que hacer, porque quiere explicaciones, Star.

La rubia gruñe —No debí ponerlo celoso.

—¿Que tiene eso que ver? —bebo mirando a mi padre para que no vea que ya voy por la tercera y muerdo mi labio, esperando que lo de Jaden y Star, no acabe con nuestra estabilidad mental.

No me gusta meterme en la vida de la gente. Bueno, a ver, solo un poco y  por el simple hecho de ayudar, pero me refiero, que acabo saturada con los problemas ajenos, por eso, aunque sea una crack dando consejos, intento hacerlo solo en casos extremos como este, en el que mi mejor amiga tiene que encontrar la forma de que mi hermano no se siente a mantener una conversación sería con ella sobre lo que pasó entre ellos.

Para mí es fácil. Es cuestión de decir que no quiere hacer daño y que tiene que respetar su decisión de no contarlo, pero claro, verlo desde fuera todo es de color de Rosa, después me pongo en la piel de Star, y seguro que opino diferente.

—Para colmo parece que hace un rato no hemos estado prácticamente a punto de besarnos —la rubia habla sacándome de mis pensamientos y me río, viéndola jugar con su pelo de una manera demasiado peculiar —Va a comerse a Nicole en cualquier momento.

Og, Nicole.

Miro hacia donde ella lo hace y veo como está intentando acaparar toda la maldita atención de mi hermano, que está tranquilo hablando con sus amigos.

—¿No se había ido a casa? —pregunto, irritada.

—Mamá ha obligado a Jaden a que la convenza para quedarse —Marie hace una mueca y ruedo mis ojos, con ganas de que la chica se vuelva a Alemania.

—¿Sabéis cuanto tiempo se queda?

—Oí a mi padre decirle a mi madre que pensaban quedarse hasta que Jaden volviera, pero mi hermano les ha dicho que no, que se irán antes, que él quiere quedarse más tiempo.

—¿Más tiempo? —Star frunce el ceño —¿Por qué?

—Pues porque Jaden no es feliz si no está en Nueva York —digo —Va a alargar el viaje todo lo que pueda.

—Pues eso no me viene bien.

—O sí —sonrío de lado y mi amiga me mira, mordiendo todo su labio inferior —Eso le dará tiempo a pensar las cosas, y quizás...

—Hola, Dan.

Me giro al oír mi nombre interrumpiendo mi conversación y alzo mis cejas, al encontrarme a un trajeado Sam, con su pelo cobrizo hacia atrás y su particular sonrisa de siempre en sus labios. No lo he visto en toda la noche con mi hermano, y quizás sea eso lo que busca, porque que lo haya estado ignorando le ha tenido que dejar clara las cosas.

—Hola —digo —Jaden está allí —señalo al frente y él frunce el ceño, metiendo las manos en los bolsillos.

—Ya, ya lo sé, no vengo a preguntarte por él.

—¿Entonces? —frunzo mis labios, nerviosa.

El amigo de mi hermano me echa una mirada rápida de arriba a abajo y da un paso más, haciéndome retroceder —Quería saber de tí, como estabas, que tal el fútbol y esas cosas.

¿A donde vamos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora