CAPÍTULO 20. Sentimientos desnudos

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Jaden.

Star no se inmuta durante largos segundos en los que me dedico a mirarla, mientras analizo su rostro y rezo mentalmente para que no se haya tomado a mal lo que le he contado.

Es totalmente cierto. Al regresar de Chicago a Nueva York después de las navidades, una de esas noches en las que mis amigos querían animarme antes de regresar a Berlín, salí con la intención de olvidarme de lo que había pasado con Star, y entonces fue cuando me encontré a esa chica.

Recuerdo estar hablando con Sam y James  en el reservado y totalmente metido en la conversación, cuando se me acercó con intenciones claras. Por supuesto que me di cuenta de lo guapa que era, pero todavía no estaba en mi etapa imbécil y la rechacé porque además para mi, solo existía Rizos, y no iba a llegar a ningún lado.

Ahora que la he vuelto a ver, y encima con mi chica, me he quedado bastante fuera de lugar, y espero que aquella noche no me reconociese, porque si se acercó a mí sabiendo que yo era el recién ex novio de su amiga, Star debería de replantearse esa  amistad.

Aclaro mi garganta, pasando una mano por el pelo de Rizos —¿Estás enfadada?

Me mira, parpadeando y negando después —No —responde con un hilo de voz, llevando una mano a mi mejilla después y acercándose a mis labios para dejar un suave beso —Claro que no, Vaquero.

Sonrío, rodeándola con mis brazos —A lo mejor debí haberme quedado callado, pero es que te juro que me he quedado descolocado al verla contigo después de haber intentado acostarse conmigo. Incluso he pensado que a lo mejor lo sabías porque ella se confundió o...

La rubia niega, mirando mis labios y pasando su pulgar por ellos para limpiar su gloss —No, amor, está bien que me lo hayas contado, merezco una explicación porque ella sabía absolutamente todo, hasta que yo no quería dejarte de verdad.

Abro mis ojos, flipando con lo que acaba de decir —¿Me estás tomando el pelo?

Star me abraza y pega su mejilla a la mía, negando en el camino —No —suspira —Además yo no paraba de hablar de tí, Jaden.

Alzo mis cejas, mirándola y besando sus mofletes repetidas veces —Pues vaya amiga —digo contra ellos y cerrando mis ojos —¿Que piensas hacer?

Rizos aprieta sus labios y gira su cabeza para mirarme, con una sonrisa pícara y acercando sus labios a los míos de nuevo —Nada, mi amor, la torre caerá sola —atrapa mi labio inferior con los dientes y gruño, completamente perdido en ella.

Después nos despedimos y todo siguió como si nada. Ella regresó más contenta que antes a su mesa, y yo me fui a la mía a hacer tiempo con mis amigos, los cuales ya han regresado a Berlín y ni siquiera he tenido oportunidad de aclarar las cosas con Nicole, antes.

Ella sólo me ha pedido perdón y me ha dicho que se muere de la vergüenza, que no quería contarme que había pasado porque prefería que me lo contara Danielle, y a pesar de mucho insistir, se ha pirado a Alemania sin explicar absolutamente nada de su versión de la historia.

Supongo que, que quiera que Danielle me lo cuente, significa que quien tuvo la culpa de todo fue mi mejor amiga y no se piensa defender, y eso es algo que yo ya sabía, pero necesito explicaciones de porque llevó al extremo a mi hermana, porque según como fueron las cosas, la echo de mi vida o no.

Danielle y Marie son sagradas.

Tony me ha jurado que él tampoco sabe nada, y hemos quedado en hablar cuando llegue por si puede sacarle algo a nuestra amiga durante el camino, ya que Dan dudo que vaya a hablarme de aquí a un tiempo.

¿A donde vamos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora