CAPÍTULO 14. Una verdad a medias

673 61 5
                                    

Star.

Aparto mis lágrimas con sutileza porque el maquillaje no se puede arruinar, mientras camino hacia el salón principal e intento poner la mejor cara que tengo, ya que mi padre se merece el mundo entero está noche. En realidad él se lo merece siempre, pero está noche más.

Huir he decidido que no es la mejor opción, por eso ahora estoy aquí, poniéndole el pecho a las balas, queriéndome encerrar en mi habitación pero sin poder porque se lo debo al único hombre que daría su vida por mí, al que me ama por sobre todas las cosas...

Pensaba que después de remontar, nadie sería capaz de volver a pisarme la cabeza, pero siempre está Jaden ahí para recordarme que tiene un arsenal de armas las cuales le encanta usar conmigo, y ahora estoy recuperándome de la última decisión que ha tomado, que me ha dolido igual que si me clavaran una maldita lanza justo en el centro del pecho.

Yo esto lo sabía, y por eso acabé con lo nuestro, para no ser un estorbo y que él eligiese Berlín, sin ataduras, pero he llegado a un límite en el que necesito frenar, bajarme del mundo y liberarme de todo antes de que se vaya de Nueva York, porque si no, siento que voy a arrepentirme, y ya no lo soporto más, tengo que pensar en mí.

¿No vas a esperar a que su decisión sea un hecho?

De todas formas ya has perdido mucho.

¡Dios! ¿Por qué todo tiene que ser tan difícil?

Me coloco al lado de mi madre cuando por fin la encuentro y miro al escenario, viendo a papá pronunciar unas palabras por sexta vez esta noche.

Mamá me mira cuando llamo su atención —¿Donde estabas?

Llorando en la calle.

—En el baño, arreglándome el pelo.

Asiente —Te has perdido la mitad de la gala, Star.

Ruedo mis ojos, cruzándome de brazos —Mamá, no he estado haciendo nada malo ¿de acuerdo?

Su mirada de desaprobación, me aterra, pero prefiero mantenerme en mi sitio porque no quiero que sienta que puede decidir que hacer conmigo siempre, o decirme ella como debo comportarme. Ya tengo una edad.

—¿Has visto a Danielle y Marie? —le pregunto para rebajar la tensión, y sólo se limita a negar, molesta.

Siempre igual.

Pasa un rato, mi padre continúa hablando, y tengo el hilo tan perdido, que aprovecho para buscar yo misma a mis amigas con la mirada, ya que deben estar desesperadas por no recibir señales de mi parte.

Mi móvil literalmente casi peta.

Escaneo mi alrededor, visualizando a un lado a la tía, que deja un beso en los labios del tío mientras este sonríe. A su lado están Sean y Aly, atentos a mi padre. Blake, que junto a su hija parece anotar algo en una agenda, y por último, Jaden, que también escucha lo que se está hablando, con atención y en soledad.

Mis mejores amigas no están, pero Nicole tampoco.

Frunzo el ceño imaginando donde pueden estar metidas las gemelas, y de un momento a otro mis ojos se encuentran con los del Vaquero, que me  mira fijamente mientras lame sus labios.

Mi cuerpo arde cuando se dedica a mirarme así, y no dejo de seguirlo cuando comienza a moverse entre la gente sin dejar mis ojos un segundo, que siguen perdidos en ese azul que tanto amo.

¿Donde va? ¿Me estaba esperando para irse?

Contengo la respiración cuando me doy cuenta de que se está acercando a mí, y giro mi cabeza, al ver que se posiciona detrás mía y agarra mi mano, acercando su boca se mi oreja.

¿A donde vamos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora