CAPÍTULO 17. ¿A donde vamos?

578 57 18
                                    

Star.

Camino detrás de Jaden hasta que consigo alcanzarlo y tiro de su mano, llamando su atención así y haciendo que se gire hacia mí casi a la salida del pub. Su rostro inundado de agobio me estresa, porque no quiero que esté mal, pero no puedo esperar otra cosa después de lo que ha ocurrido hace un momento.

Muerdo mi labio, acariciando su piel con mi pulgar —Vamos a relajarnos, anda.

El Vaquero cierra sus ojos, dando un paso hacia mí —¿Puedes explicarme que se les ha pasado por la cabeza para hacerme algo así?

Niego, encogiéndome de hombros —No lo sé, Jad, pero tu hermana no es así, y tú lo sabes, así que quizás deberías pedirle explicaciones a tu amiga.

El hijo mayor de los Dawson me mira directamente a los ojos —Yo sé que Danielle no haría algo así si no la hubiesen llevado al extremo, pero podría haber pensado en mí. Joder, Star, que si no nos andamos con cuidado tenemos que irnos todos al hospital.

Llevo una mano a su mejilla porque me rompe verlo así y soy yo la que da un paso esta vez, acercándome a su boca y robándole un beso. Un beso que hace un rato él mismo me ha pedido, que sé que necesita, y que me apetecía mucho darle porque yo ya no pienso medir las consecuencias de nada, y voy a actuar como me apetezca y sienta, como dicen mis mejores amigas.

Jaden reacciona al instante, poniendo su mano a un lado de mi cabeza y gruñendo cuando tiro con mis dientes de su labio inferior —Relájate —susurro contra ellos esta vez —Vas a hacerlo genial, y tu noche va acabar siendo de diez.

El Vaquero deja su frente reposar sobre la mía, sin abrir sus ojos y rodeando esta vez mis caderas con sus brazos —Si la acabas conmigo, por supuesto.

Sonrío —Frena al caballo, Vaquero.

Se ríe de vuelta, cómodo, tranquilo, y lleno de esa luz que hace unos pocos meses había perdido por mi culpa.

—Star.

Mi nombre saliendo de sus labios suena tan bien...

—Dime.

Agarra mi pelo, jugando con él y observando cada parte de mi rostro, cuello y escote —Promete que nunca te alejarás de mí —dice, haciéndome tragar grueso —Promete que a pesar del tiempo que quieras tomarte, seré yo el protagonista de tu historia.

¿A que viene esto ahora?

Pensaba que su único problema ahora mismo era lo ocurrido hace un ratito, pero ya veo que quiere aprovechar nuestra soledad, para soltar todo lo que le impide estar completamente centrado en actuar.

—No hay forma de que te deje atrás, rizos —chasquea su lengua —Eres como... —niega —La armonía perfecta para mi canción, y sé que no habrá otra igual.

Frunzo el ceño porque que esté tan metafórico, me sorprende —No te he dado motivos para que deba prometerte nada, sabes lo que verdaderamente siento, y ninguna promesa va a ser más fuerte que mis sentimientos.

—Necesito aferrarme a algo porque tengo miedo a perderte.

Eso hace que mi estómago se contraiga y que los nervios empiecen a resurgir, pero no dejo que se me note, para que así no piense cualquier cosa y crea que yo me quiero alejar de él cuando lo que necesito es estar cerca, mucho más cerca que ahora.

—Jaden, el pasado no va a darte en las narices —agarro sus mejillas con fuerza —Te mentí con esa historia de los cuernos, nada es real, yo siempre te he querido a ti y dudo que deje de hacerlo, así que no tienes que temerle a nada, ni pensar en el pasado o en la futuro, solo vivir el presente, lo que somos ahora...

¿A donde vamos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora