CAPÍTULO 27. "Más Dawson que nunca"

561 45 0
                                    

Danielle.

Juro que es la última vez que me reporto, como diría mi prima Trace, pero necesito desahogarme sin que nadie me juzgue porque bastante tengo con la autocrítica, que me está presionando y jodiendo la psiquis.

Soy un desastre, lo he dicho mil veces, y no me esperaba otra cosa por parte de mi padre, pero aún así no deja de doler el hecho de que no haya venido a abrazarme, a darme mimos, a decirme que soy su niña y que seguiré siéndolo pase lo que pase y el tiempo que transcurra.

Pero no, papá está decepcionado conmigo, no quiere saber nada de mí, y ahora sólo tengo que esperar hasta que él decida cuando volver a ser los que éramos, los que espero que nunca se pierdan, almas gemelas...

Sam besa mi frente una vez más y sonrío, pasando una mano por su pecho y mirando a mamá después. Esta no está mal conmigo, me ha echado en cara no haber hecho las cosas con un poquito de delicadeza y cabeza, pero me ha dejado claro que acepta mi relación y que le encanta la pareja que hacemos.

Un peso que me quito de encima.

—¿Te quedas a comer entonces, Sam? —pregunta la Morena acariciando mi pelo.

Miro a mi novio, que hace una mueca y niega, tomando aire después —No, Lana, gracias. Mis padres saben que he vuelto y me están esperando —sonríe —Solo he venido a acompañar a Dan —me mira —Me voy ya.

Mamá sonríe apretando el hombro de mi chico y yo me acerco a dejar un casto beso en sus labios. A pesar de todo me va a costar horrores separarme de él después de tantos días juntos, pero aquí está Star, mi hermano, y no sé dónde andará él bichito que es igual a mí, y eso me va a mantener entretenida.

Además, yo ahora sólo necesito estar y hablar con mi padre.

La Morena se aparta para dejar que nos despidamos y se va hacia el Salón, a acompañar a mi mejor amiga y mi hermano que no han esperado a nadie para comer porque Star tiene clase en hora y media.

Miro a Samuel cuando pienso que nadie puede ni vernos ni oírnos y agarro sus mejillas, para acercarme a su boca y besarlo con intensidad mientras él me rodea con sus brazos y gruñe, seguro que igual de frustrado que yo.

—Te voy a echar de menos —digo contra sus labios.

Mi novio sonríe —Seguro que en cuanto venga tu hermana, no vas a querer saber nada de mí, Dawson.

Sonrío, lamiendo mis labios —Sabes que a mí hermana no la opaca nadie, pero aún así no va a ser guay no pasar esta noche juntos.

—Pasaremos juntos, mil noches más, nena —esconde un mechón rebelde de mí pelo, detrás de mí oreja y cierro mis ojos —Ahora tienes que hablar con tu padre y arreglar esto, y cuando todo se solucione entre vosotros, vendré yo a hablar con él.

Chasqueo mi lengua, inquieta por lo que pueda pasar —¿Estás seguro de que quieres hablar con él?

Frunce su ceño, asintiendo después —Por supuesto que sí, Dan, le debo una disculpa —niega —No puedo empezar una relación contigo metiendo la pata con tu padre, tengo que arreglar este desastre.

—¿Y por qué mejor no me dejas a mí sola?

Me agarra de un lado de la cabeza, mirándome directamente a los ojos —No has tenido únicamente la culpa, Danielle, si te digo, yo he sido más culpable, así que no lo vas a hacer sola.

Oh, Dios, es de otro planeta.

Me tiro a sus brazos sin pensármelo mucho y cierro mis ojos, mientras beso su cuello y agradezco haber dejado a la Danielle estúpida a un lado y haber decidido dejarlo formar parte de mi vida.

¿A donde vamos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora