¿No te doy Miedo? (M#1)

Capítulo 10: Secretos a la vista

MARIO

Han pasado ya tres días desde que ocurrió la catástrofe. Aquella noche Thiago entró en un estado de inconsciencia, y todavía no ha despertado. En cuanto llegamos a la enfermería, David colocó a Thiago en una de las camillas, él se quedó acompañándolo mientras una enfermera de cabello rojo y ojos similares a los de un gato se encargaba de estabilizar al castaño. Por alguna razón, el lugar en donde Sebastián se encuentra es desconocido, pero lo que me tranquiliza es que solicitó un permiso de salida, así que no hay que preocuparse por el rubio, al menos por el momento.

Yo me dirigí hacia el dormitorio de las chicas para poder pedirles ayuda, todavía no tenemos el paradero de Eduardo y Petter. Intentamos buscarlos en Delivist de un lado hacia otro, pero no logramos encontrarlos por ningún lado.

Después de fallar en la búsqueda, no nos quedó otra opción más que alertar a la policía acerca de lo sucedido y, aunque intentamos ser muy discretos, toda la universidad se enteró de lo acontecido. Por consecuente, la directora del campus tomó medidas drásticas dando un toque de queda hasta que las desapariciones cesaran.

Los padres de Petter, y el padre de Eduardo y Yuya estuvieron haciendo todos los esfuerzos necesarios con el fin de hallar a sus respectivos hijos. La búsqueda no cesaba, día y noche la policía indagaba la montaña, pero la tarea era más complicada de lo que parecía. Delivist es un terreno de extensión enorme, poblado de árboles de increíbles magnitudes y miles de senderos por los cuales hasta el más conocedor del lugar se perdería en un santiamén. Pero, aun así, lo que nadie se explicaba es... ¿cómo dos jóvenes, que estaban bastante ebrios, lograron adentrarse en ese lugar de manera tal que nadie logra hallar su paradero?

***

──¿Cómo se encuentra Thiago? ──le pregunté a mi hermano en cuanto entré en la enfermería. Él se hallaba a un lado de la cama en donde se encontraba el castaño aún inconsciente.

──Se encuentra mejor ──posó su mirada por un instante en mí──. Al parecer la causa de su inconsciencia fue una alteración excesiva en el flujo de adrenalina en sangre lo que por ende le causó un colapso nervioso, pero se recuperará según dijo la enfermera ──posó de vuelta su mirada a Thiago.

──¿Y las marcas en su cuello? ──miré hacia la garganta del castaño, todavía se podía apreciar ligeramente esas impresiones de cuerda en él.

──No lo sé, las estuvo ocultando con esto ──apretó un poco la bufanda negra que tenía en sus manos──, pero claro, no me logró engañar a mí... Creo que pensó que lo había hecho, pero no lo hizo.

FLASHBACK (3 días atrás)

──¡Intenta hacer algo y tus pelotas serán las que estén en peligro!

¡¿Me está desafiando?!...Pero no creo que deba hacerlo conmigo o todo saldrá mal para él. Yo solo planeaba ducharme con él, pero ahora le haré pagar por lo que me hizo. ¡Estás jodido, Thiago!

──¡Que la suerte esté siempre de tu lado, porque la vas a necesitar! ──salí corriendo como alma que lleva el diablo hacia el baño y lo tomé de la cintura, rozando con mi mano delicadamente su entrepierna.

──Pervertido, prometiste comportarte──chilló de una manera infantil e intentó inútilmente zafarse de mi agarre, pero lo impedí tomándolo con más fuerza.

──Yo prometí comportarme, pero me tocaste el trasero... Así que no te andes quejando.

──Sólo fue un roce, no debes tomarlo a mal  ──me miró provocador. Al escuchar lo que me dijo, lo arrinconé contra la pared un poco más.