Capítulo 22: Mal presentimiento.

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──Para mí que se fueron de luna de miel, sino entonces ¿cómo se explica el hecho de que se fueran los dos juntos a un hotel? ──preguntaba Yuya.

──Ya te lo dije ──mencioné──, Sebas me dijo que irían a visitar a su hermana y luego irían al hotel para pasar la noche. Mañana estarán aquí de vuelta.

──¡Los dos juntos en una habitación de hotel me suena muy extraño! ──comentaba Zafira mientras arqueaba una de sus cejas.

──No por el hecho de que dos chicos vayan a estar juntos en una habitación de hotel, quiere decir que vayan a hacer cosas extrañas ──la voz de la razón, Miku, por fin dijo algo coherente ante las tonterías que Yuya y Zafira estaban insinuando.

──Ya se los dije, yo los vi, estaban muy juntitos en la enfermería. Petter lo abrazaba de una manera muy tierna y Sebastián lo tomaba de la cintura mientras se encontraban en la cama. Eran adorables, eso es una muy obvia insinuación de lo que pueden hacer en la habitación de ese hotel ──la chica peliazul nos miró con una perversión muy notoria en su mirada.

──Ya, pero no creo que Petter vaya a ceder tan pronto. Todos vimos cuánto le costó admitir que está loco por Sebastián. Le tomará un tiempo a Sebas conseguir lo que ustedes están insinuando ──dijo Miku.

──Tal vez sí, tal vez no. Si le entra la lujuria mientras está con ese rubio sexy... ──la chica peliazul hizo un silencio, dándonos una idea de qué estaba pensando.

──Aunque tengo una idea mejor, podemos ver si se delata haciendo "La caminata de Thiago" ──se burló Yuya.

──¿La caminata de Thiago? ──indagué.

──Sí ──murmuró la pelirosa──. Como toda una diva de pasarela con las piernas cruzadas ──la chica se empezó a reír al igual que lo empezaron a hacer Yuya y Zafira.

──Aún no comprendo por qué me junto con ustedes ──me levanté de mi asiento. En ese entonces nos encontrábamos en la cafetería.

Miku y yo tuvimos unas clases temprano en la mañana, y luego de haber asistido, decidimos ir a tomar una pequeña merienda, para nuestra desgracia, o mejor dicho, para mi desgracia, Zafira y Yuya aparecieron de pronto y se nos unieron para platicar, o mejor dicho, para fastidiarme.

──Nos vemos luego, diva ──murmuró Zafira con un tono de burla en lo que tomaba un sorbo de limonada.

──Recuerda terminar el reporte que debemos presentar la otra semana ──me recordó Miku unos instantes antes de empezar a alejarme de la mesa en donde nos habíamos sentado.

──Claro ──dije en lo que me acomodaba mi mochila en la espalda──. Hasta luego, chicas y Zafira ──le di una mirada desafiante a la peliazul, acción que ella también hizo.

Comencé a caminar hacia la salida para poder dirigirme hacia la zona de los dormitorios de los chicos. Tenía ánimos de ver a David. Hoy tuve clases mucho más temprano que él, por lo que sólo pude verlo unos instantes cuando se encontraba dormido, con los labios entreabiertos mientras abrazaba una almohada. No quise despertarlo para avisarle, se veía tan tierno arrullado en la cama que no le pude despertar. Lo único que hice, fue darle un beso en la frente, no sin antes susurrarle un "te quiero, nos vemos luego"

Seguí caminando por la acera en lo que iba tonteando por David. Nunca esperé llegar a enamorarme de alguien como él, no sé, esa tonta frase de "Nunca sabes de quién te vas a enamorar" es muy cierta; nunca se sabe cuándo te va a llegar el amor, dejándote encantado por la persona de la que menos sospecharías.

Continué en mi rumbo hacia mi habitación, hasta que algo empezó a llamar mi atención; unos murmullos muy fuertes de personas empezaron a retumbar en mis oídos. Volteé mi vista hacia la zona de donde provenían, notando luego un gran grupo de estudiantes, profesores y funcionarios de KOT, que se encontraban platicando cerca de una de las aceras que se encontraban próximas a las calles que formaban parte del territorio dentro de la universidad.

¿No te doy Miedo? (M#1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora