Capítulo 20: Algo no está del todo bien.

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"Los demonios son seres sumamente astutos; ellos son tan inteligentes que pueden llegar a mezclarse con los humanos de manera increíble. Desde poder hablar determinado idioma, acoger a un alterego humano que luzca como todos los demás, usar la ropa que se use en determinado escenario, asumir costumbres, o cualquier comportamiento necesario, todo con tal de estar en contactos con los humanos. Aunque muchos de ellos sólo lo hacen por pura experimentación, casi todos se instalan en determinado ambiente con el fin de obtener un objetivo concreto, muchas veces, ese objetivo resulta ser un humano al que ellos quieres controlar, poseer o inclusive matar. Nunca se sabe qué exactamente buscan, pero cuando alguno esté cerca, se debe saber que las desgracias se avecinan"

THIAGO

Sentí esa sensación una vez más; ese agobiante sentimiento que me dejaba inmóvil sin poder pensar de forma clara, con un nudo que me dejaba sin habla y que además me cortaba la respiración. No me podía mover, estaba paralizado. No sé qué sentía en ese justo instante; era una fusión entre el miedo de verlo y a la vez la curiosidad de ver su silueta de nuevo, después de que hayan pasado tantos años en los que no hubo señal de él.

No sé cuánto tiempo pasó; sabía que sólo fueron unos cuantos segundos, pero para mí esos instantes habían sido eternos, casi como si hubiesen pasado horas. Me armé de valor y me volteé de a poco, sintiendo cómo cada célula de mi cuerpo me decía a gritos que no lo hiciera, y en ese justo instante estaba dudando en si lo que iba a hacer podría ser un enorme error.

Me di por completo la vuelta, quedando cara a cara con su silueta.

──Hola, Thiago ──saludó con una voz espectral, para luego sonreír de una manera tan tétrica que logró helarme la sangre.

──¡Set!

──Es bueno que sigas recordando mi nombre.

Ahí estaba, una de las grandes figuras de mi infancia; cabello de un tono rojo sangre, ojos muy oscuros, piel tan blanca como la porcelana, unos cuantos centímetros más alto que yo y una vestimenta sumamente tallada a favor de su contextura delgada... Todos esos rasgos, aunque suene muy extraño, eran en verdad atractivos. Su alterego humano es sumamente atractivo, había olvidado que, aunque sea un demonio, con ese disfraz logra ocultar todo rasgo malvado, sustituyéndolos por unos varoniles y de una forma muy bizarra, hasta algo tentadores.

──¿No me vas a dar un abrazo? Vamos, ha pasado tanto tiempo sin verte. Todavía recuerdo cuando eras un pequeño niño asustadizo que corría a los brazos de su madre cuando me veía.

──Cualquiera correría al verte.

Su ceño se frunció un poco.

──Vamos, no siempre me aparecía ante ti como un demonio, la mayoría de veces lo hacía tal y como estoy ahora ──hizo unas comillas con sus dedos──, como un humano.

──Eso es lo único humano que hay en ti, sólo un disfraz que oculta tu verdadera apariencia...

──Bueno, pero escogí un buen disfraz, después de todo, no me puedes negar que este alterego humano es muy apuesto ──soltó una ligera carcajada.

Y no lo negaba, parecía algo tonto, pero incluso parece que se tomó el tiempo de hacer muy bien a su alterego humano con el fin de dejarlo endemoniadamente atractivo; una atracción peligrosa.

──¿Por qué hasta ahora haces presencia ante mí? Sé muy bien que desde hace mucho andas por estos rumbos. He sentido tu energía en varias ocasiones. ¿Qué buscas conmigo? ¿Para qué has vuelto?

Se tomó unos cuantos segundos antes de responder, como si estuviese pensando en una respuesta muy formulada para darme.

──Si te refieres a lo de la ouija... Sí, sí fui yo quién te salvó de morir esa noche. ¿Qué acaso no tienes cerebro? Piénsalo, tienes una sensibilidad espiritual mucho más fuerte de lo normal, juegas con esa cosa y luego vas a ese lugar... Eso hubiera sido como un suicidio, la forma más imbécil de suicidarse que jamás he visto ──rió de una forma irónica.

¿No te doy Miedo? (M#1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora