──¡Vamos, Thiago! vayamos a jugar al jardín ──le sugería el pequeño pelinegro de los ojos azules al pequeño castaño con los ojos de color verde.
──P-pero es que tengo miedo de caerme otra vez ──el pequeño se refería al tropezón que tuvo el día de ayer, por el cual se raspó un poco la rodilla.
El pequeño ojiazul ──que superaba por unos centímetros al castaño──, tomó la mano del ojiverde y la sujetó con cierta firmeza.
──No te preocupes ──le habló con un tono bajo──, yo me aseguraré de que nada te suced...
***
Me desperté algo agitado para seguido de eso sentarme en la cama. Estaba tan confundido debido a que por mi mente acababa de pasar un sueño que no entendía para nada. Esos dos niños en mi sueño... éramos David y yo, pero algo aún más extraño, mis ojos no eran rojo carmín, eran verdes como los de mi hermana, mi madre y Miku. ¿Qué debería de pensar después de eso? Ya las insinuaciones y hechos que habían acontecido indicaban que David y yo de alguna forma en el pasado nos conocimos, pero aunque él también lo presienta, sin embargo, no le da mucha importancia y yo ni siquiera puedo recordar algo que se asemeje, es más, ni siquiera recuerdo mucho de mi infancia.
Observé por un instante al chico dormido a mi lado; se ve tan lindo dormido, con su cabello desordenado, su rostro totalmente sereno, los labios entreabiertos... se ve tan indefenso en esa posición. Le acaricié un poco una de sus mejillas, logrando que se removiera un poco, pero aún sin despertarse.
──¿De dónde te conozco? ──me preguntaba a mí mismo en lo que seguía acariciando de su mejilla; podía sentir que su barba empezaba a salir──. Y más importante... ¿Por qué no te recuerdo?
Era algo inexplicable, me sentía tan bien a su lado, me enamoré tan rápido de él, mi odio hacia este odioso ojiazul se fue de la nada; muchos dirían que he caído en amor a primera vista, pero yo no lo veo así, es más que obvio que éste no es un caso de ese tipo cliché... Él y yo tenemos algo más allá de toda esa espontanea química. Cada día me frustro más, no sé qué más hacer para encontrar una respuesta a esta sensación que no me deja estar en tranquilidad en esta relación.
Era temprano en la mañana por lo que dejé que el ojiazul durmiese un poco más. Me levanté de la cama, notando dos cosas en el suelo que llamaron mi atención: una sabana sucia; la misma que utilizamos ayer y que por lo visto se había ensuciado cuando me vine. David debió tirarla al suelo en cuanto me levanté para recoger sus llaves del escritorio. Lo segundo que vi fue toda nuestra ropa dispersa por el suelo, pero lo que me llamó la atención de inmediato fueron mis pantalones, los mismos que llevaba ayer, pero de éstos sobresalía algo... el cuchillo que había llevado ayer a Delivist.
¡Diablos! ¿Cómo David no se dio cuenta? ¿Cómo yo no me di cuenta? Podría haberme clavado el cuchillo en uno de nuestros movimientos, o peor aún, podría habérselo clavado a él. Tomé mis pantalones, la sabana, y todo la demás ropa, para luego colocar todo en el cesto de la ropa sucia. Saqué el cuchillo del pantalón, para luego dirigirme a la cocina y dejarlo en el fregadero. Llegué al baño y me di un vistazo en el espejo, acaricie mi cuello en la zona en donde antes se encontraban las mercas de cuerda.
Una vez que éstas se habían borrado un poco, Miku tuvo la idea de maquillarlas con un poco de base; odiaba tener que usar maquillaje, pero en definitiva era mejor que estar mintiéndole a David acerca del por qué no me quitaba la bufanda en todo el día para luego vendarme el supuesto salpullido durante las noches. Aunque solo se notaban las marcas de manera intensa durante los primeros días, me daba miedo que David sospechara algo y por ello cuando ya se habían curado un poco, empecé a usar el tonto maquillaje que, aunque molesto, disimulaba las cicatrices de maravilla.
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¿No te doy Miedo? (M#1)
Mystery / Thriller(BORRADOR) Al recibir la noticia de haber sido admitido en la universidad de sus sueños, Thiago, un chico solitario, de penetrantes ojos rojo carmín, muy aplicado y además misterioso, deberá irse hasta la ciudad de Londres para poder empezar una vid...