Capítulo 23: ¿No te doy miedo? (Parte 1)

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Un escalofrío me recorrió toda la espalda al oír esa voz. Esa voz tan conocida, debería de ser mi alegría al escucharla, pero en este momento, y después de haber escuchado lo que dijo, ninguna buena sensación me podía provocar. Me di la vuelta, notando esos profundos ojos azules que me veían de forma excesivamente penetrante.

──¡David! ──fue lo único que mencioné luego de ver que su mirada aún me veía de arriba abajo.

──¿Qué quisiste decir con que fue tu culpa y la de ese libro la causa de mi accidente?

Mis ojos casi se salen debido a lo que acaba de escuchar, no estaba delirando, él escuchó a la perfección lo que había dicho. Estaba en shock. ¿Qué hago? ¿Ahora cómo salgo de ésta?

──No, no, escuchaste mal, yo no quise decir eso, lo que yo...

──Thiago, no me tomes el pelo, escuché muy bien lo que dijiste ──su expresión se intensificó un poco──. Explícate, aclara qué quisiste decir ahora mismo

Él seguía recostado, sin moverse ni un poco, pero su mirada quemaba, su mirada era tan intensa que sentía que me paralizaba por completo. No sabía qué hacer, estaba atrapado entre la espada y la pared.

──Yo... en verdad que eso no fue lo que quise decir, estaba intentado decir que...

──Maldición, Thiago. Deja de hacerte el tonto conmigo, sé bien que escuché a la perfección lo que dijiste, no intentes crear excusas.

Estaba paralizado, no por lo rabioso que se encontraba el ojiazul en este momento, sino porque en verdad estaba acabado, no tenía manera de salir de esta situación. Estoy perdido.

──Yo...yo ──no me salían las palabras, no sabía qué decir──, es que, yo ──estaba casi temblando del miedo, no podía formular ninguna respuesta coherente para la situación en la que me encontraba.

──Es más, creo que debemos de hablar no solo de lo que acabas de decir, sino también de todas las mentiras que me has dicho una y otra vez ──si antes ya de por sí me encontraba sin palabras, ahora en definitiva estaba atónito. En este momento, quisiera salir corriendo, pero sentía mis piernas tan débiles, que de seguro al intentarlo terminaría cayéndome antes de tan siquiera conseguir llegar a tocar la manecilla de la puerta.

──¿D-de qué preguntas me hablas? ──pregunté a como pude debido al gran nudo que se había formado en mi garganta.

──Me has mentido mucho, una y otra vez: te vas a Delivist sin decirme, ocultas marcas en tu cuello que según tú son por un salpullido, ese collar no es cualquier collar, Set, ese nombre no pertenece a ningún esposo muerto de ninguna amiga tuya, vamos, ¿en serio crees que me creía todas esas mentiras? Esperaba a ver cuándo por fin serías sincero para aclarar todo, pero intentar mentirme en mi propia cara es el colmo. No más, quiero que aclares todo en este mismo instante.

No, él, él lo sabe todo, todo lo que creí haber ocultado de manera correcta, acaba de derrumbarse en unos cuantos segundos, todo se fue a la mierda. No estaba del todo bien debido al accidente, pero su memoria al parecer estaba de maravilla, cada cosa que le oculté, me las ha restregado en mi propia cara, dejándome como un completo mentiroso.

──David, yo ──sentía los ojos algo llorosos.

Solo pensaba una cosa, si le decía la verdad, toda mi relación con él se desmoronaría por completo, me hará lo mismo que, que ella me hizo. No puedo, no puedo pasar por esa experiencia otra vez, no puedo, quedé destrozado en esa oportunidad, si se repite con él, no creo poder soportarlo.

──Thiago, acabo de despertar y tengo un poco de dolor, no colmes mi paciencia hasta el punto en que te diga algo de lo que luego me arrepienta.

¿No te doy Miedo? (M#1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora