Capítulo 28: Posesión.

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DAVID

La fiesta iba de maravilla, ya había tomado varias copas de alcohol y de verdad que ya empezaba a sentir como éste recorría por mi cuerpo haciendo que la adrenalina se apoderara de él a la vez que me impulsaba a moverme como un loco por la pista. En un momento en el que mi mente dejó de estar influenciada por el alcohol, noté que algo andaba muy pero muy mal... se me había acabado mi trago de vodka. ¡Maldición! ¡Maldito vaso! ¡Maldito vodka! ¡Ahora tendré que ir por otro! ¡Maldición!

Caminé a como pude al puesto de tragos con un paso lento. Estaba un poco ebrio pero aún podía razonar lo que hacía. Sólo un trago más y pararé de tomas... Aguarda. ¡¿Qué demonios?!

──Hey, papá ──le llamé, logrando que sus ojos posaran su atención en mí. En sus manos se encontraba un vaso de vodka.

──¡David! ¡¿Cómo estás?! ──se abalanzó a mí para abrazarme──. ¡Eres un mal hijo! ¡No te encontraba por ningún lado!

Podía notar que estaba algo ebrio pero aun así seguía estando al tanto de lo que hacía. En definitiva, no más alcohol para mí y mucho menos para él.

──¿A qué hora llegaste? ──le pregunté en lo que lo despegaba de mi cuerpo.

──Eh, bueno... llegué a las.... ¿Qué hora es? ──me preguntó a la vez que señalaba mi reloj de mano.

Le eché un vistazo a éste.

──Faltan cuatro minutos para las ocho de la noche ──le contesté finalmente.

──Oh, entonces creo que llevo aquí cerca de una media hora... ¿Y Mario? ──empezó a mirar a todos lados como si estuviese buscando a mi hermano.

──No lo sé... por ahí parloteando. ¡Aguarda! ¿Viniste tú solo?

──¿Qué? No, no... Vine con Xion, solo que es un mal amigo y me ha dejado solo en el puesto de tragos. ¡Maldito Xion! ¡No lo llevaré en el auto cuando sea hora de irnos! ──en definitiva seguía algo ebrio pero sino toma más estoy seguro que estará bien.

──¡Tú ni de broma vas a conducir! ¡Dame las llaves de tu auto! ──la exigí a la vez que él hacía un puchero, y luego tomaba las llaves del auto de su bolsillo para terminar dándomelas.

──¡Eres malo al igual que Xion! ──intentó tomarse el trago que tenía en la mano pero alcancé a impedírselo, terminado dejando el trago en la mesada.

──¡No más tragos para ninguno de los dos!

──Hey, te recuerdo que soy tu padre y el que me debe obedecer eres tú ──intentó de nuevo tomar el trago pero una vez más impedí que se lo tomara.

──Seré tu hijo pero ya no vas a tomar tragos.... ¿Aguarda, dónde se fue Xion? ──demonios, me encontraba demasiado distraído como para poner mucha atención en lo que decía.

──Ese mal amigo, se fue con Thiago y me dejó solo. ¡Es un cabrón!

¡Thiago! ¡Dios, soy el peor novio del mundo! Me encontraba tan extasiado bailando y tomando que ni me percaté del momento en que Thiago se había ido de la fiesta. ¡Mierda, debo ir a buscarlo!

──Vamos, debemos ir a buscar a esos dos. Estoy seguro que Xion sí podrá conducir.

Tomé del brazo a mi padre y comenzamos a dirigirnos hacia la zona de afuera. Después de llegar a la zona verde que estaba próxima al salón, comencé a notar algo muy raro, el cielo estaba de un tono morado muy extraño y por alguna razón no había estrellas en ninguna parte.

──Papá, mira el cielo ──le pedí.

──Sí, estoy viendo. E-ese color... ¿Qué demonios pasa? El cielo nunca está de ese color... morado ──seguía viendo al cielo como si fuese la cosa más rara del mundo, y es que en este momento eso es lo que era.

¿No te doy Miedo? (M#1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora