Te odio a millones |Jibyeok

Capítulo 29: Inseguridades.

1 mes después

|Jiyeong|

Las cosas entre Saebyeok y yo han ido muy bien. Pasamos mucho tiempo juntas y disfruto demasiado su compañía, y cuando llega la hora de que se vaya, simplemente no puedo dejar de pensar en ella, deseando que llegue el siguiente día para estar juntas nuevamente. Es como si necesitara tenerla cerca de mí siempre, porque me acostumbré mucho a su presencia. Intento pensar en otra cosa pero ella está todo el tiempo en mi cabeza

Eran cerca de las cinco de la tarde. Mientras Sae limpiaba la mesa de centro de la sala de estar, yo me encontraba recostada en el sofá viendo una revista de moda, teníamos música puesta y de vez en cuando ella se detenía para cantar y hacerme reír.

—Sae ¿cómo crees que se me vería esta chaqueta?—dije mostrándole la página de la revista.

—Bien, a ti todo te queda perfecto—ambas nos sonreímos.

Ella siguió con lo suyo mientras yo seguía ojeando mi revista, hasta que algo vino a mi cabeza de repente.

—¿Sae? ¿cómo es tu padre?—pregunté curiosa.

—Es cariñoso, atento, protector, siempre ha querido lo mejor para mí, de hecho, le costó mucho tomar la decisión de irse, porque sabía que yo estaría sola, pero siempre pensó en que cuando él estuviera de vuelta podríamos tener una vida diferente juntos.

—Me imagino cómo debió ser eso para ti.

Ella mantuvo silencio por unos segundos, sabía que era un tema delicado.

—Jiyeong ¿quieres ver una foto de él?

Asentí con una sonrisa y sacó su celular de su bolsillo trasero del pantalón. Buscó algo que supuse que era la fotografía y me lo acercó.

En ella aparecía Sae y su padre, él la abrazaba y Sae tenía cara de "suéltame", siempre tan cariñosa. Y como si me hubiese leído la mente, soltó una risa y apagó la música.

—Sé que tengo cara de molesta porque él me está abrazando, pero en mi defensa, me estaba apretando mucho.

Reí ante su comentario.

—No está para nada mal, podría presentárselo a mi madre—bromeé.

—No, por favor, pasaríamos a ser hermanastras—reímos ambas.

Le tendí su celular, lo tomó y se quedó mirándolo, como si buscase algo y me lo estrechó nuevamente.

—Esta es una de las pocas fotografías antiguas que tengo de mi madre y yo—dijo ella.

La madre de Sae la cargaba en sus brazos, era muy pequeña y adorable, me daban ganas de apretarle los cachetes.

—Tu madre era muy hermosa, tienes cierto parecido a ella—dije sin dejar de ver la foto.

—Siempre me han dicho eso las personas que alcanzaron a conocerla.

Le entregué su celular nuevamente y ella se sentó a mi lado.

—Tus padres eran muy atractivos, obviamente tú también lo serías—le sonreí.

—Tú no te quedas atrás.

Solo sonreí, ella suspiró y se acomodó en el respaldo del sofá.

—Me estás volviendo loca ¿qué hiciste para tenerme así? Al comienzo no quería ni verte y ahora sólo quiero pasar mi tiempo contigo—dijo sin mirarme, con su vista pegada al techo.

—La verdadera pregunta es... cuando estamos juntas ¿te la pasas bien conmigo?

—Claro que si ¿por qué lo dudas?