Capítulo 14: Frágil

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|Saebyeok|

Cuando hizo que Jiyeong cayera al suelo, me comenzó a hervir la sangre de rabia. Él le seguía gritando cosas y ella sólo lo escuchaba sin decir palabra alguna. La vi tan débil e indefensa por un instante que caminé molesta hacia el chico y lo empujé.

—¡¿Qué te pasa?! ¡¿estás loco?!

—¿Tú quién eres y por qué te metes?—preguntó.

—¡Le pudiste hacer daño! ¡¿Acaso no ves lo pequeña que es?!

—Es que no puede ser, Jiyeong ¡Te vas a quedar sola! Sólo quieres llamar la atención y preocupar a la gente, pero a nadie le importas, ni siquiera a tu madre, por eso prefiere pasar más tiempo en la empresa que con su propia hija, nadie nunca te soportará así ¿quién podría querer a alguien que no se quiere ni a sí misma y que tampoco hace nada por ella misma?

—Ya es suficiente, o te vas o llamo para que te saquen—le dije.

—¡Levántate y demuestra que no es cierto todo lo que digo! ¡Es que no vales nada! Desde que llegué aquí me has contado cosas trágicas, madura de una vez, no vives en un cuento de hadas con un final feliz, te estás lastimando sola y no eres capaz de darte cuenta—gritó ignorando mi advertencia.

Ella sólo lo miraba desde el suelo, podía notar el temor en sus ojos.

Saqué mi celular para llamar al chofer de Jiyeong y mientras yo buscaba su contacto, él seguía gritándole cosas hirientes.

Su chofer me respondió a los segundos y entre los gritos del chico pude oír que venía enseguida.

—¡Eres tan caprichosa y no haces nada por cuenta propia! ¡Si es que tienes hasta una persona encargada del aseo de tu propia casa, cosa que podrías hacer tú misma! Siempre fuiste la hijita de papá, todo lo que la niña quería lo tenía al instante ¡ojalá verte trabajar aunque sea un sólo día de tu vida y obteniendo tus cosas por logro y esfuerzo propio!

Jiyeong se iba a levantar, pero él la tomó de los hombros impidiéndoselo.

—¡Ya déjala! ¡¿qué te pasa?!—volví a empujarlo.

Esta vez él me miró con odio.

—Eres sólo la chica de la limpieza, no te metas.

Vi aparecer al chofer corriendo hacia nuestra dirección y tomó al chico con fuerza para sacarlo de ahí. Daba patadas al aire y gritaba cosas a Jiyeong como un loco, hasta que por fin logró llevárselo.

Miré a Jiyeong en el suelo, los gritos ya no se oían. No podía descifrar la expresión de su rostro y ojalá poder saber todo lo que estaba pensando, se debía sentir terrible.

Estreché mi mano para ayudarla a levantarse, ella la miró por unos segundos dudosa, luego a mí y la tomó.

Apenas se levantó comenzó a caminar rápidamente. Solté un largo suspiro y esperé unos segundos intentando procesar todo lo que había pasado, seguía sin entender nada, pero lo que sí sabía, era que Jiyeong no debía sentirse para nada bien luego de cómo la trató ese chico.

Caminé hasta la cocina. Ella se encontraba ahí, bebiendo un vaso con agua.

Nos mantuvimos en silencio por un largo rato. Ella bebía del vaso y yo la miraba tímidamente y con miles de preguntas en mi cabeza, sin embargo decidí no hacer ninguna.

—Gracias por defenderme—dijo de repente, dejando su vaso en el lavabo.

—No me agradezcas, yo no te defendí, sólo le pedí que te dejara tranquila, además, pienso lo mismo que él.

Te odio a millones |Jibyeok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora