Capítulo 35: Conversación.

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|Saebyeok|

Eran cerca de las diez de la mañana, había olvidado poner la alarma en mi celular y hoy tendría demasiado trabajo.

Jiyeong no se había movido de encima de mí en toda la noche. Aún tenía su cabeza sobre mi pecho y me seguía abrazando. Sonreí al ver esa imagen, se veía tan adorable y maldije mentalmente el hecho de tener que levantarme para comenzar con mi trabajo.

Dejé un beso en su frente y ella comenzó a despertarse. Al abrir sus ojos del todo, levantó la mirada hacia mí.

—Buenos días—le dije.

Ella me sonrió por un instante pero eliminó su sonrisa para hacer un gesto de dolor.

—Mi cabeza va a explotar—dijo sentándose en la cama.

—Te traeré algo para la resaca, no te muevas de aquí.

Salí de su habitación y bajé las escaleras. Para mi sorpresa, aún quedaba gente en la casa, habían tres personas acostadas en la alfombra de la sala de estar y el chico que coqueteaba con Jiyeong se encontraba en el mismo sofá donde se había quedado con ella. Estaban todos durmiendo y al parecer tenían una batalla de ronquidos.

Hice una mueca de disgusto y fui a la cocina para preparar un jugo de naranja y tostadas para ambas. También dejé algo para su dolor de cabeza a un lado.

Seguía pensando en lo que sucedió ayer, y saber que ese chico seguía aquí no me agradaba en lo más mínimo.

Al parecer hice mucho ruido en la cocina, porque dos de las personas que estaban recostadas en la alfombra ya se encontraban despertando al tercero. Esperaba que también aquel chico despertara pronto. Además, yo necesitaba hacer mi trabajo y me sentiría incómoda con gente aquí.

Puse nuestro desayuno en la bandeja y comencé a caminar. Pero vi a Jiyeong bajando las escaleras con su mano posada en su frente, con la misma mueca de dolor.

—Te dije que me esperaras arriba.

—No tenías porqué molestarte—respondió.

—Ven, vamos al comedor.

Ella me siguió y vi a las tres personas alistándose para irse, pero aquel chico seguía ahí roncando. Era realmente desagradable ver el estado en que se encontraba, Jiyeong lo miró a él y luego a mí, apenada.

Una vez llegamos al comedor, dejé la bandeja en su lado de la mesa, tomé lo que había preparado para cada una y me senté frente a ella.

—¿Mi madre no llegó a dormir?—preguntó.

—Se quedó viendo unos papeles en la empresa por la noche, quería dejarte disfrutar de tu fiesta y que no sintieras que alguien te está supervisando.

—Entiendo—asintió.

Nos quedamos en silencio por unos segundos. Jiyeong tomó el medicamento que le había dejado para su dolor de cabeza mientras yo jugaba con mis manos.

—Sae ¿ya podemos hablar?

—Claro.

—¡Buenos días, chicas!—oí una voz detrás de mí.

Me volteé encontrándome con la persona que menos quería ver. Vi cómo se acercaba a Jiyeong y dejaba un beso en su mejilla. Ella lo empujó al instante.

—¿Qué te pasa?—le preguntó él.

—Me duele la cabeza y quiero desayunar tranquila.

—Lo pasamos muy bien anoche ¿y ahora me tratas así?

—No estoy de ánimo en este momento.

—Oye, déjame decirte que tu amiga besa muy bien—se dirigió a mí con una sonrisa pícara.

«Créeme que eso ya lo sé», pensé.

Jiyeong lo miró amenazante y se levantó de su asiento.

—Si, la pasamos muy bien, pero ahora quiero pedirte que te vayas—le dijo.

—Como tú digas, sólo espero que se vuelva a repetir.

«Que baboso», dije en mi cabeza. Me sentía muy incómoda, sólo quería que se fuera pronto.

—Ni en tus sueños, adiós—ella lo tomó de su chaqueta, empujándolo.

—Está bien, ya me voy, no es necesario que me saques, pero no entiendo por qué actúas así conmigo luego de todo lo que pasó.

—Fue un error, sólo estábamos jugando, además... ya hay alguien en mi cabeza, le fallé y no sería capaz de volver a hacerlo—dijo lo último viéndome.

Él la miró mientras negaba y salió de ahí, estaba enfadado. A los segundos oí cómo cerró la puerta principal de golpe.

Jiyeong se volvió a sentar frente a mí y me miró apenada.

—Lo siento, de verdad fue un error, bebí demasiado y sólo estaba siguiendo su juego—se quedó cabizbaja.

—Jiyeong ¿a qué se refería cuando dijo "todo lo que pasó"?

—No te quiero mentir y en serio lo siento... cuando llegamos al sofá nos seguimos besando por un rato, él quería algo más conmigo pero no lo dejé, sólo fue eso.

—Bueno, en realidad, no sé porqué te estoy pidiendo explicaciones si dijiste que lo nuestro era algo de "sólo un par de besos".

—Y me equivoqué al decirlo, sé que actúe como una idiota y por eso te pido perdón, no fue mi intención hacerte pasar ese mal rato.

—La verdad es que si sentí celos y además desconfiaba de ese chico, estaba ebrio y no podía ni pensar en que quisiera aprovecharse de ti—hablé a los segundos.

—En realidad, él sí quería algo más conmigo, pero lo detuve.

—¿Te hizo daño? ¿te quiso obligar?

—No, estaba tan borracho que finalmente sólo se durmió—negó con la cabeza.

—¿Te das cuenta cómo me importas y la manera en que me preocupo por ti? Jamás dejaría que alguien te hiciera daño.

—Lo tengo en cuenta, yo sólo espero que puedas perdonarme por lo que dije.

Me levanté de mi asiento y caminé hacia ella. Tomé su mano e hice que también se levantara.

—Te perdoné en la noche, cuando me dijiste que querías intentarlo conmigo y cuando me dijiste "te quiero"—la tomé del mentón, acercándome más a ella.

—Que malvada, no me lo quisiste decir.

—No, porque nos debíamos esta conversación de todos modos.

—Sae, yo en serio te quiero y...

—Ya cállate, sé que vas a acabar tu frase pidiéndome perdón nuevamente.

—Si, pero...

—Que te calles—esta vez tomé su cara y dejé un beso corto en sus labios.

—Esto me recuerda a la Sae del pasado—dijo con una sonrisa cuando nos separamos.

—Con la diferencia de que la Sae del pasado jamás te hubiera besado y menos hubiese pensado en todo lo que sentiría por ti actualmente.

Te odio a millones |Jibyeok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora