Capítulo 46: Máquina.

363 88 244
                                    

1 año después

|Jiyeong|

Hoy sería un lindo día, Sae y yo cumplimos un año de novias e iríamos a celebrarlo fuera de casa. A pesar de lo nublado que estaba el día y de que en cualquier momento comenzaría a llover, nada iba a arruinarlo.

Fuimos a un parque de diversiones. Nos subimos a diversos juegos, comimos algodón de azúcar y la estábamos pasando muy bien.

Íbamos caminando de la mano para ir a otro de los juegos, cuando vi una cabina de fotos, lo que me hizo comenzar a jalar a Sae guiándola hasta allí.

—¡Tenemos que entrar! Necesitamos algún recuerdo de hoy—dije como una niña.

—Está bien, pero puedo caminar sola—rió.

Entramos a la cabina y metí el dinero. Sae me sentó en sus piernas para quedar más cerca y comenzó el temporizador de la cámara. En la primera salimos sonriendo, en la segunda mirándonos a los ojos y la tercera salió algo movida porque Sae me tomó de la cara para besarme, así que la cuarta foto fue de ella y yo besándonos.

(...)

Estábamos sentadas tomando un helado mientras veíamos a las demás personas divertirse. Cuando una máquina de garra llamó mi atención, ya que no habían peluches ni juguetes, sólo cajitas negras pequeñas con una cinta roja.

Obviamente me ganó la curiosidad y pedí a Sae que intentáramos sacar alguna.

Metí una moneda y fallé en el primer intento. Seguí insistiendo una y otra vez y no lograba si quiera mover una cajita.

—Lo estás haciendo mal, déjame a mí—dijo Sae.

Metió otra moneda más y...

—¡Lo logré!—dijo feliz.

—Es injusto—crucé mis brazos sobre mi pecho.

—No lo es—rió burlona.

La cajita que logró agarrar salió por un costado y Sae la tomó para ver qué tenía dentro:

Un anillo de plástico.

Sae me miró por unos segundos sin expresión en su rostro, lo que me extrañó mucho. Hasta que tomó mi mano y colocó el anillo en mi dedo anular.

—Ahora te casarás conmigo—dijo con una sonrisa.

Ambas reímos, pero al instante me sonrojé sólo por el hecho de imaginar la situación y de pensar en que ese anillo fuera real. Noté que ella también estaba sonrojada.

—Te lo regalo, es tuyo—dijo sin quitar aquella sonrisa de su rostro.

—Gracias, lo guardaré siempre—me puse de puntitas y la besé.

Nos quedamos en un silencio incómodo durante unos segundos, hasta que Sae lo interrumpió.

—¿Qué... hubieras hecho si... el anillo... fuese real?—preguntó con nerviosismo en su voz, sin poder mirarme.

Me quedé en silencio.

—Olvídalo, no me respondas—negó con la cabeza.

—Teniendo en cuenta nuestras edades... ehh...

—No te veas en la obligación de decir algo, solo olvídalo—me interrumpió.

—Pero... no lo descarto.

—¿En serio?—me miró abriendo mucho sus ojos.

—¿Por... qué? ¿tú... sí?

Hablábamos con timidez, pero yo no mentía, no era algo que descartaba.

Te odio a millones |Jibyeok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora