Capítulo 7: ¿Por qué me odias?

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|Jiyeong|

A la mañana siguiente, amanecí mucho mejor y la garganta ya no me dolía como el día anterior.

Saebyeok me despertó apenas llegó a casa y me levanté inmediatamente para bajar a desayunar. Me puse una camiseta de mi padre que me quedaba muy ancha y larga, me llegaba un poco más encima de las rodillas, la usaba de pijama, así lo sentía de algún modo conmigo.
Quería andar cómoda en la mañana así que tampoco me puse pantalones, pero si unos calcetines gruesos. Más tarde me vestiría.

Al llegar a la cocina, noté que Saebyeok estaba calentando agua. Así que mientras hervía, me serví jugo de naranja.

Ella también estaba esperando que el agua hirviera y mientras lo hacía, miraba su móvil concentrada. No nos dirigimos palabra alguna.

|Saebyeok|

Cuando vi aparecer a Jiyeong por la puerta, no pude evitar mirarla, aunque claramente disimulando. Llevaba una camiseta ancha y lo que llamó mi atención fue que no llevaba pantalones, dejando a la vista sus blancas y delgadas piernas. Su ropa interior se traslucía un poco, su cabello estaba algo despeinado y a pesar de aún tener cara de sueño y estar recién levantada, se veía bien.

Esta chica estando enferma o no, o recién despierta es igual de hermosa, aunque en realidad ella lo es.

—¿Buenas vistas, Saebyeok?—su voz me sacó de mis pensamientos, ni siquiera sabía con qué cara la estaba mirando, pero sentí mucha vergüenza. Ni siquiera se había volteado a mirarme, pero supongo que sintió mi vista sobre ella.

—No sé de qué hablas—respondí luego de unos segundos.

—Sécate la boca, estás babeando—dijo aún sin mirarme, pero esta vez riendo.

—Cállate, que insoportable eres.

—Era una broma.

—No estoy para tus bromas.

Puse nuevamente la atención en mi móvil y podía sentir el ardor en mis mejillas, debía estar roja como un tomate.

Cuando finalmente el agua hirvió, ambas nos acercamos rápidamente a la vez, haciendo que nuestras manos se rozaran. Hicimos contacto visual por unos segundos.

—Jiyeong, te vas a quemar—dije empujándola un poco de mi lado.

—No soy idiota, la iba a tomar del costado.

—Vaya, se nota que amaneciste mejor.

Ella no respondió, sólo puso un poco de agua a su café para luego dirigirse al comedor. También me preparé un café y la seguí.

Estábamos muy calladas, ella revisaba su móvil con la vista fija y tomaba de la taza a la vez.

Había tanto silencio que podía oír su respiración, pensé que como había estado resfriada podía tener aún la nariz tapada o estar congestionada, y eso provocaba un sonido molesto. Y en realidad no era por exagerar o buscar un motivo de discusión, pero me molestan todos los tipos de ruidos como estos, algo conocido como "misofonía" y más cuando hay silencio, como lo era en esta ocasión.

—No respires tan fuerte—dije viéndola, dejando mi taza sobre la mesa.

Ella quitó su mirada del móvil y me miró con seriedad en su rostro.

—Estás loca, Saebyeok.

—Me molesta el ruido que haces.

—Tengo la nariz tapada y es imposible que deje de respirar—bebió otro poco.

—No seas tonta, no quiero que dejes de respirar, sólo no quiero que hagas ruido.

Ella soltó una risita.

Te odio a millones |Jibyeok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora