Capítulo 21: Sentimientos confusos.

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|Jiyeong|

—Mamá, yo ya no puedo con esto, quiero estar con él—dije llorando de forma desesperada, sentía que hasta me faltaba el aire.

—No digas eso, por favor nunca vuelvas a decir algo así—dijo abrazándome fuertemente.

Sentí algo fuerte en el pecho y no podía parar de llorar. Eran emociones tan fuertes que no podía con ellas, una angustia enorme, tristeza y dolor que llevaba demasiado tiempo habitando en mí. Y que no sabía si alguna vez, en algún momento, podría dejar de sentirlo.

Finalmente, esa noche mi madre me dejó dormir en su cama ya que quería asegurarse de que durmiera bien y pudiera descansar. Ella también estaba triste y quería compañía.

|Saebyeok|

Al día siguiente, ya estaba lista para ir camino a casa de Jiyeong. Se podía decir que gracias a la llamada de mi padre, logré dormir muy bien por la noche. Extrañaba su voz y a pesar de haber hablado muy poco, oírlo me hizo sentir muy feliz.

Salí de casa cerrando la puerta con llave y vi a la señora Jun caminando hacia mí con una sonrisa, cosa que me sorprendió bastante.

—Si, ya sé que tengo que pagar la renta, apenas llegue por la noche lo haré, sino llegaré tarde al trabajo—dije antes de que ella me pudiera decir algo.

—Primero que todo, buenos días, señorita Saebyeok, y segundo, el mes ya está pagado, no sé qué clase de broma es esta, porque me sorprendió saber que su renta sería pagada por adelantado a lo que normalmente acostumbras.

—¿Qué? Pero si yo no he pagado nada.

—Entonces ¿no te lo dijo? La chica que habló ayer conmigo era muy amable, supongo que quiso sorprenderte—me guiñó un ojo, no entendía nada.

—¿Chica?

—Mientras resuelves tu lío, tengo que dejarte y cobrar la renta a las demás personas, que tengas un buen día—fue lo último que dijo para luego seguir su camino.

Ni siquiera pude responder. Tenía muchas preguntas en mi cabeza y sólo se me podía venir una persona a la mente. Jiyeong, era obvio.

Pero... ¿cómo lo hizo? ¿vino hasta aquí? ¿conoce a la señora Jun? ¿cómo se contactó con ella? Intentaba imaginarme muchos escenarios sobre cómo pudo haber pagado el mes, pero nada me calzaba.

En el trayecto seguía buscando respuestas a mis interrogantes, pero la solución sólo era preguntarle a ella directamente.

(...)

Al llegar a la casa, me recibió la señora Minying en la puerta. Me sorprendió saber que aún no se había ido a la empresa.

—Buenos días, señora Minying—la saludé con una sonrisa.

—Buen día, Saebyeok, te esperaba para comentarte que Jiyeong no tuvo una buena noche y que sigue durmiendo, está en mi cama, para que la dejes descansar.

—Claro, no hay problema.

—Y también quería decirte que... me admitió que quería estar con su padre y... eso me asusta, así que sólo quiero pedirte que por favor tengas ojo con ella... si le llegase a pasar algo... yo me muero... la dejo sola demasiado tiempo y en parte es mi culpa que ella esté tan mal.

Le temblaba la voz, estaba realmente preocupada por Jiyeong. Y me sentí culpable porque yo lo sabía desde hace mucho tiempo y me quedé callada en vez de habérselo contado.

—Aunque usted no lo crea, siempre estoy muy al pendiente de ella—fue lo único que pude responder.

—Y te lo agradezco mucho, gracias.

Te odio a millones |Jibyeok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora