Capítulo 33: ¿Celos?

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|Saebyeok|

—No frente a la gente—dijo en un tono bajo para que sólo yo pudiera oírla.

Se alejó de mí para volver con su grupo de amigas, sin antes mirarme con una expresión de "lo siento".

Me sentía incómoda en este ambiente que ya se había convertido en una fiesta. Nunca había estado en una antes y ya me había dado cuenta que no era lo mío. De hecho, ya esperaba que fuera la hora para irme a casa, ya no quería estar aquí.

(...)

La hora pasaba muy lenta, me encontraba en una esquina con un vaso de jugo en la mano mientras veía a las demás personas divertirse. La música ahora estaba bastante fuerte y muchas personas ya se encontraban bailando.

Veía a Jiyeong reírse y disfrutar a lo lejos, y me encantaba verla así. No estaba enfadada por lo que pasó hace un rato, de que ella soltó mi mano, pero sí sentí algo extraño en mi pecho y me entristecí un poco, pensé que tal vez sólo debía dejarlo pasar. Además, ni siquiera nosotras tenemos claro lo que somos.

Vi como un chico se acercaba al grupo de Jiyeong y sus amigas, que ahora se encontraban en la "pista de baile" que habían improvisado a un lado de la piscina, se notaba que había bebido por como caminaba. Jiyeong y las demás chicas también tenían un vaso de alcohol en la mano, ni siquiera sabía que ella bebía.

Me quedé observando todo desde mi rincón. El chico les bailaba y ellas reían, de un momento a otro se le acercó mucho a Jiyeong y la abrazó, ella lo dejó. Bufé, miré la hora en la pantalla de mi celular y lo guardé, frustrada. Ya faltaba poco para poder irme.

(...)

La hora finalmente llegó y en todo este rato vi cómo aquel chico no se despegaba de Jiyeong, la abrazaba y se le acercaba mucho para mi gusto. No sabía cuales eran sus intenciones con ella, no lo conocía de nada, pero se notaba que había algo detrás por su manera de tocarla. Le susurraba cosas al oído y Jiyeong reía, esto estaba comenzando a incomodarme mucho más.

«¿Y si me quedo? Aunque sea por un rato más», decía en mi mente. No confiaba para nada en ese chico. Además, Jiyeong ya había bebido demasiado al igual que sus amigas y por un momento pensé que yo era la única del lugar que no había bebido si quiera una gota de alcohol, así que ¿qué más da? En casa nadie me espera, da igual si llego o no.

Jiyeong se alejó del grupo y pasó frente a mí, ni siquiera me miró ¿Ella se acordará que también estoy aquí? Fui tras ella y se detuvo en la escalera, supuse que fue porque sintió mis pasos siguiéndola.

—Jiyeong ¿estás bien?—pregunté.

—Sae ¿aún estás aquí?

—No confío en ese chico, así que prefiero quedarme y asegurarme de que estarás bien, además has bebido demasiado.

—No te preocupes por mi, estoy bien, sólo estoy disfrutando mi fiesta de cumpleaños—a pesar de haber bebido tanto, su voz se oía bien.

—Aún así me quedaré.

—Como quieras, yo sólo iba a buscar una chaqueta, ya tengo frío.

—¿Quieres que te acompañe?—pregunté subiendo un peldaño de la escalera.

–No.

Me detuve ¿qué le pasaba? Ella se giró y subió, dejándome ahí con las palabras en mi boca incapaces de poder salir.

Caminé para volver al lugar donde había estado la mayor parte del tiempo desde que comenzó la fiesta, cuando alguien chocó conmigo.

—Lo siento—dije.

—¿Tú eres la encargada de la limpieza?—preguntó un chico desconocido.

—Yo...

—No quise decirlo así, lo siento... ¿me podrías traer otro vaso? El mío se acaba de romper.

—Mmh... si, claro.

Ni siquiera sabía porqué ahora me estaba dirigiendo a la cocina en busca de otro vaso, ese no era mi trabajo en esta fiesta y mi horario había acabado, pero necesitaba asegurarme de que Jiyeong estuviera bien.

Volví con el vaso y se lo entregué.

—Gracias—lo tomó en sus manos y me sonrió.

Jiyeong estaba nuevamente con sus amigas, ese chico le bailaba por atrás y ella también hacia movimientos con su cuerpo. Acaso estaba sintiendo... ¿celos?

(...)

Quería que ya todo acabase. Y me sentía egoísta a la vez, porque Jiyeong necesitaba esto, era su fiesta de cumpleaños y se notaba que la estaba pasando bien, pero no podía más con lo que estaba sintiendo. Estaba sola viendo la escena, y por un momento pensé que había sido un error quedarme.

Algunas personas se acercaban a mí para pedirme cosas. Al comienzo y sólo por lo idiota que soy, yo aceptaba, pero la situación comenzaba a molestarme.

—Oye, tú... ¿podrías traer más servilletas?—dijo un chico.

—Ese no es mi trabajo, puedes ir a la cocina, ahí está todo—respondí.

—¿Y me puedes hacer tú ese favor?

—No, no tengo porqué hacerte favores, ni siquiera te conozco.

—Déjala, es la chica de la limpieza, su trabajo es limpiar, no traerte cosas a ti—le dijo el chico que hace un rato me había pedido un vaso.

—Tú me pediste un vaso—dije al recordar su rostro.

Su amigo le dio un golpe en la cabeza y comenzaron a reír.

—Y puede que necesite otro—dijo derramando el contenido del vaso plástico para luego estrujarlo y romperlo frente a mi cara.

Quité su mano bruscamente y salí de ahí rápidamente. La noche no podía ir peor.

Pasé por el lado del grupo de Jiyeong y vi cómo ese chico tomaba su cara para besarla.

Te odio a millones |Jibyeok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora