Te odio a millones |Jibyeok

Capítulo 26: Me importas.

|Saebyeok|

—No me odies por esta decisión, por favor—dije tomándola de los hombros delicadamente.

—Da igual si lo hago o no, de todos modos no te volveré a ver—se soltó de mi agarre de forma brusca.

Sus palabras me dolieron. No soportaría irme sabiendo que ella me odia, como tampoco soportaría saber que la herí.

—No seas tan dura conmigo, en serio lo lamento—me acerqué un poco más pero ella dio un paso atrás.

—¿Sabes algo? Me ilusioné demasiado, porque cuando por fin comencé a creer que todo cambiaría y dejé de sentirme sola, tú te vas.

Me quedé en silencio. Ya no sabía qué más decir, ella estaba molesta y yo también, pero conmigo misma, porque tampoco sabía si lo que estaba haciendo era lo correcto.

—¿No me dirás nada?—preguntó.

No recibió una respuesta de mi parte, me había quedado sin palabras.

—Eso supuse, iré a comer a mi habitación—dijo tomando la bandeja con su comida.

La vi salir de la cocina y pasé mis manos por mi cara frustrada. Tal vez estoy siendo una cobarde con todo lo que siento y mi decisión no es la correcta. El pensar en mi padre, de algún modo, me está haciendo anticipar las cosas, cuando en realidad hay muchas probabilidades de por medio.

(...)

Ya había comido y terminado con mis tareas de hoy. Era tarde y me encontraba dandole unos detalles al dibujo de Jiyeong en el comedor. Había reflexionado bastante y ya había tomado mi decisión final.

—¿Mi madre no ha llegado?—oí una voz detrás de mi dándome un susto. Escondí el dibujo rápidamente debajo de la mesa y me volteé a mirarla.

—No ¿por qué? ¿estás impaciente porque me vaya?

—¿Qué tienes ahí?—ignoró mi comentario, apuntando con el dedo lo que había escondido segundos atrás.

—Un dibujo.

—¿Puedo verlo?

—¡No! Digo, no, es que nadie nunca ha visto algún dibujo mío.

Ella iba a decir algo pero el ruido de la puerta principal lo evitó. Esta vez me había salvado la campana.

Metí la libreta de dibujos rápidamente en mi bolso que estaba colgado en la silla.

—¡Hola, chicas!—saludó la señora Minying entrando al comedor.

Ambas la saludamos al unísono.

|Jiyeong|

Me quise quedar para saber lo que Sae le diría a mi madre, estaba impaciente por saber qué excusa pondría.

—Saebyeok ¿tan tarde y sigues aquí?—le preguntó mi madre.

Ella se quedó en silencio por unos segundos, me miró, tomó aire y habló.

—Es que... y-yo... bueno... m-me atrasé con mis tareas—dijo a la vez que tartamudeaba.

La notaba nerviosa, ella no decía nada de su renuncia ¿por qué no lo hacía?

—Oh, no hay problema, si quieres te puedes quedar, es tarde y hace mucho frío para que te vayas a esta hora—le dijo mi madre con una sonrisa.

—Se lo agradezco, pero...—Sae se quedó nuevamente en silencio para darme una mirada.

Cuando supuse que por fin iba a hablar del tema, ella respondió:

—Está bien—dijo con una sonrisa.