eyes on you ✄ jeon jungkook.

cap.68

Desperté por segunda vez, solo que ahora ya se encontraba de noche.

Una tenue luz, proveniente de la luna, iluminaba un poco la habitación. El viento se oía soplar con suavidad y las hojas secas caían con lentitud.

La ventana estaba algo abierta por lo que una pequeña brisa acariciaba mi rostro.

Parpadeé con lentitud, intentando acostumbrarme a la poca luz del lugar. Cuando lo logré pude ver el rostro de Jeon frente mío, con sus ojos fijos en mí.

Atasqué ligeramente mi respiración con eso; quizás cuánto tiempo llevaba mirándome así.

Me tensé al sentir uno de sus brazos rodearme y empujarme hacia él, juntando mi cuerpo con el de él.

Segundos después, una de sus manos comenzó a acariciar mi cabello. No pude evitar sentir un escalofrío por todo mi cuerpo tras eso.

— Deberías descansar más— murmuró con voz rasposa mientras seguía acariciando mi cabello con profundidad.

Solté un pequeño suspiro y cerré mis ojos, no podía seguir durmiendo sin saber lo que había pasado hace un rato.

Si no escuchaba de Jeon lo que había sucedido, me volvería loca. Desde que eso pasó mi consciencia no me deja tranquila, y los pensamientos que ha comenzado a formar son simplemente grotescos. Ya no los quería tener.

— No puedo— contesté, más bien, en un susurro— necesito hablar contigo, Jeon.

Tragué gordo y sentí mi estómago revolverse por el nerviosismo que me generaba la situación. Tenía miedo.

Jeon suspiró profundamente, acto seguido soltó mi cuerpo. Tras eso me acomodé y me senté, manteniendo mi mirada sobre la de Jeon; quien se mantuvo acostado.

— ¿Sobre qué quieres hablar?— Jeon se veía tranquilo. Sumamente tranquilo.

No lograba entender eso.

— Em— titubeé sintiendo una oleada de nerviosismo por todas partes, inmediatamente comencé a jugar con mis dedos sobre mis piernas.

No sabía como empezar ni que palabras utilizar, no quería que Jeon se enojara ni que se asustara.

Mis pensamientos se detuvieron por completo al sentir la mano izquierda de Jeon sobre las mias, deteniéndolas.

Apreté mis labios con fuerza al ver su mano, inmediatamente comencé a recordar la pesadilla y en como casi había roto mi muñeca.

No pude tolerarlo y saqué mis manos de la suya.

Miré a Jeon con culpa y pude ver en su expresión que eso no le había gustado ni en lo más mínimo.

— P-Perdón— me disculpé sintiéndome la persona más horrible del mundo, por alguna razón me sentía muy sensible.

— Pequeña, ¿qué pasa?— Jeon se acomodó para sentarse, tuve que llevar mi mirada hacia arriba para lograr mantener el contacto visual. Pude notar su ceño levemente fruncido, pensaba que era por preocupación.

— ¿Todo fue una pesadilla, verdad?— pregunté con un tono más de súplica que de duda.

Sabía muy bien que no todo lo había sido, pero por alguna razón tenía una ínfima esperanza de que sí.

Jeon se limitó a cerrar sus ojos con un deje de culpa, inspiró profundamente para luego abrir sus ojos. Su mirada era algo triste.

— T-Tienes que ser honesto— tirité, sintiéndome asustada por lo que me podía decir. Lo único que quería era la verdad, aunque doliese.