eyes on you ✄ jeon jungkook.

cap.46

»»» continuación del flashback«««

Al llegar al departamento, Alena tomó mi mochila y chaqueta con desespero para luego sentarme en la silla de siempre. Me gustaba, porque era cómoda y además tenía mi manta favorita cubriéndola.

— Jungkook, trae un vaso de agua— Alena estaba totalmente fuera de sí, estaba muy preocupada y eso me hacía sentir culpable.

No quería preocupar a Alena.
Por eso había intentado usar pintura para cubrir los moretones y marcas de mi rostro, pero no había funcionado; por supuesto que no lo había hecho.

Hasta, lo había empeorado.
La pintura claramente no era para maquillarse; no sabía usar eso y en mi casa no había maquillaje siquiera.
Tal vez mi mamá tenía, pero nunca había entrado a su habitación. En mi vida.

Lo único que tenia era marcadores y unas cuantas temperas.

Sabía que no resultaría, sabía que era una estupidez; que estaba siendo patética. Pero estaba desesperada.
No quería que me viesen así.

No quería que me viesen golpeada.

Por lo que al ponerme la pintura en el rostro, no bastó mucho tiempo para tener una reacción alérgica y llenarme de pequeños granos y sentir picazón.

Había tenido que pedir ir al baño en mitad de la clase para sacarme la pintura, y no salí de ahí hasta que las clases terminaron. Si hubiese ido al salón con mi cara descubierta, más de alguna persona habría notado algo extraño. Y no era algo que quería.

Jeon llegó con un vaso de agua y lo posicionó frente mío.
Ni siquiera quería mirarlo, sentía vergüenza.

Hice una mueca, en un intento por sonreír y agradecer, y tomé el vaso a duras penas.

Sabía que no tenía escapatoria. Sabía que debía contar lo que me había pasado. Aunque no quisiese.

— Hee— Alena habló con más angustia que antes, lo cual provocó aún más ansiedad en mí— por favor, dime qué pasó.

No podía encontrar las palabras para verbalizar lo que sentía en ese momento. Tampoco podía controlar mis pensamientos y vívidos recuerdos del suceso. Mi cuerpo somatizaba todo y lo único que hacía era sacudirme de pies a cabeza. No me sentía capaz de siquiera mover mis ojos.

Me sentía mal. Muy mal.

— Hee, por f— Alena insistió pero fue interrumpida por Jeon.

— Déjame intentarlo, Alena— murmuró Jeon con extrema calma; tanta que hasta me sentí menos angustiada— estás muy afectada, deberías descansar un poco.

Tomé un sorbo de agua con cuidado, mi mano temblaba con notoriedad, y no quería mojar mi ropa o el suelo.
Esperé silenciosamente la respuesta de Alena.
Tal vez Jeon tenía razón. La angustia de Alena me hacía sentir más nerviosa, y hasta culpable.

En unos segundos, sentí a Alena dirigirse a su habitación. Oí como cerro la puerta de ésta, para luego estar sumida en un absoluto silencio.

Mis manos alrededor del vaso de vidrio comenzaron a temblar más.

La mano de Jeon se encontró sobre las mias, deteniendo el temblor.

Subí mi mirada como acto reflejo. Lo siguiente que vi fueron los ojos de Jeon mirando mi rostro con calma, casi acariciándolo.

— Podemos hablar de otra cosa si quieres— murmuró sonriendo levemente— podemos hablar de lo que quieras, Hee.

Pestañeé sintiendo un gran alivio en mi estómago, fue como si hubiesen quitado un peso de encima. De verdad no quería hablar de lo sucedido, así que agradecía mucho las palabras de Jeon.