cap.14

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Estaba paralizada del miedo, quería levantarme e ir hasta allá a decirles que se callaran. Quería decirles que no quería escucharlos. Que estaba ahí.

No escuché respuesta por parte de Alena por lo que comencé a negar nuevamente con la cabeza. Por favor que dijera que se callara. En un impulso me lancé a mi cama y tomé mi celular, lo encendí aceleradamente.

—N-no, no, n-no— comencé a murmurar al ver que mi celular no encendía de inmediato. Tapé mis oídos con fuerza sin querer escuchar nada.

No quería escuchar su voz, no quería sentirlo cerca, no quería verlo. No quería nada de él. Nada de nada. Quería que se fuera, quería que se callara, quería que se olvidara de mí.

Finalmente mi celular encendió a lo que lo tomé con fuerza, inmediatamente entré a mensajes y comencé a escribirle a Alena.

De: Yo
Mensaje de texto: Quieor que se vaya

De: Yo
Mensaje de texto: No quiero escuchar

Espere a escuchar el timbre de su celular y brinqué al escucharlo en mi habitación. Abrí mis ojos como platos al percatarme que este se encontraba tirado en el suelo al lado de mi puerta.

¿Cómo había llegado ahí?

Tragué gordo y con una nueva oleada de ansiedad en mi cuerpo gateé hasta él y con las manos temblorosas encendí su pantalla, efectivamente era su celular.

Mordí mi labio inferior con fuerza tratando de encontrar una solución rápida.

—Alena— nombró el chico con voz sombría— nunca he entendido el porqué no me entiendes—sentí como su voz tembló un poco.

—Jeon, detente. No he pedido que me hables sobre esto—murmuró Alena esta vez—Yo no...

—Yo solo quiero tocarla— cortó sin tapujos.

Me detuve en seco sintiendo como el pánico subía por mi cuerpo, un ruido sordo lleno mis sentidos y mis manos comenzaron a sudar frío.

—Quiero tocarla. Quiero tocarla tanto, Alena— murmuraba sin expresión, pero podía sentir desesperación en su voz. Se escuchaba hasta como una necesidad— ya no puedo más, y no lo puedes entender.

—J-Jeon, detente—tembló Alena.

—No me basta con solo mirarla, Alena— musitó con tranquilidad— No sabes las cosas que pienso cuando la veo, cuando la escucho o hasta cuando escucho su nombre. Ya no me basta con eso, Alena. No me basta con imaginarme cosas, no me basta con verla todo el tiempo, no me basta con solo hablar un momento con ella. Y tú sabes muy bien que no puedes hacer nada contra eso. Todo lo que he hecho es por ella, y todo lo que no he hecho también. Últimamente no se si podré seguir así, he hecho muchas cosas para distraerme. Créeme que lo he hecho— murmuró con morbo, casi con risa— y no sabes cuánto me estoy controlando por no ir y entrar a su habitación.

Tapé mis oídos en un acto reflejo y solté el celular de Alena provocando un sonido sordo, no me pudo haber importado menos. Sin siquiera poder controlar mi cuerpo y movimientos me dirigí hasta mi cama y me metí debajo de esta desesperadamente causando estruendos. Tomé las cobijas desde abajo y las tiré hacia el suelo, cubriendo el espacio entre este y mi cama.

Cubrí mis oídos con tanta fuerza que mi cabeza dolía por la presión, no quería recordar, no quería.

Comencé a negar con fuerza y a patalear de la misma forma al punto de hacerme daño, pero no importaba. Lo único que quería era evitar esas pesadillas.

—No, no, no, no...—comencé a murmurar repetitivamente, sentí en mi boca algo tibio y espeso con sabor a metálico. Pero no importaba.

"¿Estás jugando conmigo, pequeña?— susurró burlescamente, podía sentir su sonrisa en el rostro— ¿acaso estás asustada?— murmuró casi en un jadeo— ¿tienes miedo de lo que pueda hacer?— cerré mis ojos con fuerza mientras con mi mano cubría mi boca de la misma manera. Ni siquiera respiraba, me encontraba escondida en el interior de un canasto adentro del armario. Nunca me había escondido ahí por lo que no debía encontrarme... tan rápido.

eyes on you  ✄  jeon jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora