eyes on you ✄ jeon jungkook.

cap.76

De pronto, el mismo sentimiento que me dejaron en el corazón mis padres, Alena, el chico de la gala, y Taehyung.

El que me dejaron todas las personas que se han cruzado en mi vida.

Me apuñaló con profundidad y una lentitud enfermiza en el corazón.

Espesas y calientes lágrimas cayeron sobre mis mejillas mientras no podía dejar de ver los mentirosos y venenosos ojos de Jeon.

Podía compararlo con todas las personas que me habían traicionado en mi pasado. Podía ser la niña tonta que había decidido olvidarse de aquello y hacer como si nada. Podía hacerlo.

Pero no quería.

— Contesta— mordí mis labios con desespero. Podía sentir mis mejillas temblar con dureza. Cerré mis ojos al sentir mis uñas clavarse en la piel de mis palmas.

Pude ver su manzana de adán bajar y subir con fuerza. Eso me hizo sonreír.

Llevé mi cabello hacia mi espalda, descubriendo mi cuerpo por completo, sin dejar de mirarlo fijamente mientras sonreía cada vez más.

— Te veo asustado— formé un pequeño puchero y batí mis pestañas hacia él. Pude ver una vena en su frente comenzar a notarse— solo quiero que me contestes, papi. ¿Puedes hacerlo por mí?

El rostro de Jeon se veía cada vez más rojizo, y el tic en su mano derecha era cada vez más intenso. Solté una pequeña risa al notar eso.

Comencé a caminar lentamente, rodeando la cama, mientras fingía ingenuidad.

— Te contaré un pequeño secreto mientras inventas la mentira que me vas a decir, ¿está bien?— inflé mis mejillas hacia él, Jeon ni siquiera parpadeaba— ¿sigues recordando a Sun, verdad? ¿o ya te olvidaste de ella? así como te olvidaste de mí y de todas tus promesas, veo que eres algo olvidadizo.

Me agaché para tomar las esposas y cadenas con las que Sun había estado encadenada.

Llevé mis ojos hasta Jeon al sentirlo moverse. Se veía extremadamente angustiado.

— Shh— lo miré con burla— ¿por qué el nerviosismo? tú me conoces, yo no sería capaz de nada malo, ¿verdad?

— Detente— murmuró mientras miraba las esposas y mi rostro con manía. Su cuerpo ya temblaba ligeramente.

Rodé mis ojos y tiré las cadenas y esposas al suelo con fuerza, provocando un desagradable estruendo.

— No me dijiste eso mientras te la estaba chupando— escupí, mirándolo con desagrado. El rostro de Jeon empalideció— y yo estoy hablando, tú cállate.

— Sun quería denunciarte con la policía— miré hacia el techo y fruncí mis labios tras eso— ya sabes, fuiste una mala persona, lo que hiciste no se hace. Y la gente como tú va a la cárcel.

De un momento a otro llevé mis ojos hasta el cuchillo que utilicé para liberarla.

— Pero tranquilo, le dije que no lo hiciera. La convencí— sonreí abiertamente. Comencé a acercarme lentamente hasta donde se encontraba el cuchillo, el cual se escondía debajo de la cama.

— Hee— Jeon murmuró, intentando levantarse de su lugar.

Me agaché para finalmente sentarme en el suelo, justo al lado del cuchillo. Jeon no podía verme ni mucho menos al cuchillo.

— ¿Sí, papi?— contesté agudamente, sentía mi cuerpo sacudirse en ansiedad pura. Se sentía como adrenalina.

Podía decir que me sentía eufórica.