cap. 20

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¿Debía ir a mostrárselo? ¿Debía pedir ayuda?

Eran las preguntas que se repetían en bucle dentro de mi cabeza hace horas. No podía decidirme.
Pestañeé nuevamente mirando la puerta blanca a centímetros de mí; llevaba parada ahí desde que el sol iluminaba ésta hasta ahora, que ya se encontraba sumergida en casi total oscuridad. Solo la luz de la luna iluminaba tenuamente la habitación.

Dijo que quería ayudarme, que quería hacerme sentir bien...

Pero por alguna razón no tenía un buen presentimiento.

Apreté mis manos con fuerza, al igual que mis ojos, para finalmente suspirar pesadamente. Sin pensarlo más abrí la puerta de la habitación con lentitud.

El pasillo infinito y obscuro fue lo siguiente que mis ojos contemplaron.
Mi estómago se revolvió con angustia y quise devolverme a mi habitación. Mi celular vibró nuevamente por lo que sin querer mirarlo comencé a caminar por el pasillo con mi garganta hecha un nudo; no quería ni pensar en el mensaje que había recibido hace unos segundos.

Era una tonta de pies a cabeza, no sabía cual era su habitación. Eran millones y no tenía ninguna intención en entrar a habitaciones desconocidas y oscuras.

Solté aire para detenerme en medio del pasillo intentando darme cuenta de lo que estaba haciendo y razonar sobre eso.

Estaba loca. ¿Qué le diría?
"Mira mis mensajes, haz algo".

No se me ocurría nada mejor para ser sincera.

Con mi respiración entrecortada y mis pies entumecidos por el frío piso murmuré angustiada asumiendo que debía volver a mi habitación, y tragarme estos mensajes por milésima vez en mi vida.

Alcé mi vista con el corazón en la garganta al escuchar un pequeño ruido en una de las habitaciones.

Titubeando comencé a dar cortos pasos acercándome a la habitación de la cual había escuchado el ruido.
Cuando estuve al frente de la puerta mi pecho comenzó a subir y bajar agitadamente con una sensación de ardor leve; mi garganta estaba totalmente seca al igual que mi boca y mis piernas temblaban.

Vamos, Hee. Él dijo que quería ayudarte.

Golpee suavemente la puerta con mi mano derecha mientras que con la otra sostenía mi celular a duras penas. Esperé unos cuantos segundos y no obtuve ninguna clase de respuesta. Toqué nuevamente con un poco más de fuerza y tampoco obtuve respuesta.

Tal vez estaba dormido, y era lo más probable. Debían de ser más de las 2 a.m.

Tragué saliva y con la respiración atascada en mi garganta tomé el pomo de la puerta. Con lentitud lo giré, y acto  seguido empuje suavemente la puerta para comenzar a abrirla. Una obscuridad total comenzó a asomarse frente mis ojos y mi fobia a la oscuridad comenzó a desencadenarse.

Me mantuve estática en el marco de ésta sin saber que hacer.

¿Qué estaba haciendo?

Debía devolverme. Debía volver a mi habitación.

Sin cerrar la puerta di un paso hacia atrás con la intención de ir a mi habitación.

—¿A donde vas?— la voz de Jeon hizo eco en mi cabeza paralizándome completamente. Tragué gordo arrepintiéndome rotundamente de haber ido hasta allá.

— A-a m-mi habitación— tartamudee dando otro paso; alejándome de la puerta.

—Ven a contestarme aquí— musitó con voz ronca a lo que abrí mis ojos como platos. Un escalofrío sacudió mi cuerpo de pies y cabeza.

eyes on you  ✄  jeon jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora