cap.13

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—No quiero estudiar más—alegué sacudiendo mis piernas en el aire para luego reposar mi cabeza sobre mi escritorio. Gi simplemente me miró y movió su nariz. Solté aire por mi nariz rendida, ¿por qué no había sido un conejo? No tendría que estar estudiando, no tendría que hacer nada. Solo comer y dormir.

—Tienes mucha suerte, Gi. Solo por ser linda tienes de todo—murmuré resentida. Gi saltó hasta mi escritorio y comenzó a olfatear mi cuaderno, segundos después comenzó a comerse el papel.

—¡Gi, no comas eso!—chillé para tomar mi cuaderno con fuerza, Gi al no querer soltar la hoja logró rasgarla.

Solo bastó un segundo para que soltara un grito de frustración.

—¡Hee!, ¿es que acaso no puedes estudiar callada?—alegó Alena desde afuera de mi habitación mientras golpeaba esta.

—¡Sang Gi estás totalmente castigada, olvídate de comer cuatro zanahorias completas al día!—chillé ignorando a Alena, Gi se limitó a bajar de mi escritorio y comenzar a brincar sin remedio sobre mi cama, lo que me molesto aún más—¡Hoy no dormirás conmigo, dormirás en tu cama fea en el suelo!—grité nuevamente lanzándome a mi cama para tomarla y bajarla de ahí. Gi logró escapar soltando un silbido, podía jurar que lo hacía de burla.

—Dios mío, Hee. Tú también irás de castigada si sigues chillando de esa manera, los vecinos van a escuchar—alegó Alena nuevamente detrás de mi puerta.

—¡Que escuchen, que sepan que la conejo Gi es una malcriada y mal portada!—grité aún más fuerte mientras perseguía a Gi, corrió sobre mi cama nuevamente para luego dirigirse a mi mesita de noche donde botó las cosas sobre este. Tras el alboroto miré y una cajita que tenía se rompió al chocar contra el suelo.

Ni siquiera tuve tiempo para enojarme o decir algo, me lancé a ella con las manos temblando.

—Ay no, no, no...—comencé a tartamudear con pánico—¿dónde esconderé esto ahora?

Tomé los papeles que contenía la caja. Y sí, había guardado los papeles que venían adheridos a los "regalos" extraños que había estado recibiendo últimamente.

Me auto convencía que lo hacía para juntar evidencia y lograr saber quién era el auto de todo eso. Aunque la verdad, sentía una necesidad irracional por mantenerlos conmigo.

—¿Hee?, ¿qué ocurre?—preguntó Alena intentando abrir la puerta de mi habitación, instantáneamente comencé a desesperarme. Alena no podía ver esto, enloquecería. No lo entendería.

—N-nada, Gi botó algo p-pero no es importante— exclamé mientras tomaba los papeles temblando, rápidamente los metí en la almohada de mi cama. Pésimo escondite pero era solo temporal.

La puerta de mi habitación fue abierta y pude ver a Alena en el marco de esta con las llaves en su mano.

—Cuantas veces te he dicho que no debes cerrar la puerta de tu habitación a menos que yo te diga— me regañó a lo que la miré nerviosa, inmediatamente me senté sobre la almohada donde había escondido los papeles—es muy peligroso, Hee. No lo hagas más.

—Sí, Alena. Perdón, nunca más lo haré—contesté atropelladamente.

Alena me miró y arrugo su rostro con desconfianza— Estás escondiendo algo—murmuró. Sentí como mi cuerpo se heló.

—¡No!—grité, tapé mi boca con fuerza para luego mirarla—n-no—aclaré mi garganta sentándome mejor. Alena ladeó su cabeza con sospecha, suspiré y apreté mis manos—e-es que...—miré a Gi, quien nuevamente estaba arriba de mi escritorio, maldita ya verá que es dormir en su cama y no en la mía— lo que pasa es que Gi orinó mi cama, pero la lavaré ahora mismo. No quería que supieras porque me regañarías—mentí sin vergüenza, un golpe de culpa me impactó al terminar de decir eso. Últimamente mentía mucho y no me gustaba.

eyes on you  ✄  jeon jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora