cap.39

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No podía ser. Debía de estar loca.

Era imposible.

— Hee— la voz de Alena se escuchó por segunda vez por el otro lado de la línea.

No podía creerlo.

Miré a los lados con paranoia.
Si Jeon llegaba, y me veía en su habitación... con mi teléfono en las manos...  y hablando con Alena...

Me sacudí bruscamente en un escalofrío de pies a cabeza.

— Hee, por favor. Sé que me odias en estos momentos, pero no tengo mucho tiempo para hablar— la voz de Alena me distrajo nuevamente. Se escuchaba sumamente temblorosa y agitada, apenas lograba entenderla.

— H-Hola— fue lo único que salió de mis labios. Y es que se me hacía extraño hablar con ella, no podía acostumbrarme a la sensación que invadía mi cuerpo. Además, estaba perpleja. No asimilaba aún la situación en la que estaba.

— Hee, necesito que me digas dónde estás. No puedes seguir ahí— mis manos comenzaron a sacudirse levemente... ¿acaso iba a volver a tener la vida de antes?

Unas cuantas lagrimas comenzaron a acumularse en mis ojos y una sonrisa comenzó a ensancharse en mi rostro sin poder creerlo.

Podría volver a estar con Alena, las dos juntas como antes.

— E-Estoy en la casa de Jeon— murmuré mirando a mis lados con angustia— tiene jardines y...— inminentemente recordé la vez que Taehyung me sacó de aquí. Intenté recordar el camino de afuera de la casa— esta muy lejos, no hay luces de calle y tampoco tiene vecinos...—comenzaba a desesperarme al darme cuenta de lo extraño que era eso.

No me había dado cuenta de lo lejos que me encontraba de la gente.

— Envíame la ubicación por mensaje de texto. No dirás nada, Hee— la voz de Alena se escuchaba aún más agitada y algo distorsionada, parecía que perdía señal— y recuerda, Jeon no es bueno. Todo lo que conoces de él es mentira— sentí mi pecho apretarse con angustia al escuchar aquello, por alguna razón eso había dolido muchísimo más de la cuenta—No tienes idea de lo que ha hecho o de lo que hace. No confíes en él...

Escuché la puerta principal desde abajo ser cerrada.

Era Jeon.

— ... él está enfermo— fue lo último que logré escuchar antes de cortar la llamada con mis dedos resbalando en la pantalla.

Con mis manos ya completamente sudadas, y la garganta cerrada, me dirigí a la aplicación de mensajes y presioné el contacto de Alena.

Escuché pasos por las escaleras a lo que comencé a sentirme aterrada.
Si Jeon se enteraba que había estado hablando con Alena...

Finalmente logré enviar la ubicación a Alena. Apagué el celular de inmediato y lo dejé justo donde lo había dejado.

Sin pensarlo dos veces salí corriendo de la habitación de Jeon para luego entrar a la mía.

Por el desespero y terror que sentía no medí mi fuerza, y al cerrar la puerta di un estruendoso portazo.

Cerré mis ojos con fuerza mordiendo mis labios tras eso.

Era una tonta.

Tonta, estúpida, idiota y todos los insultos habidos y por haber.

Ahogué mi respiración en un intento por escuchar con mayor afinidad, pero no lograba escuchar nada. Lo único que oía era mi respiración brusca y desordenada.

Abrí mis ojos intentando calmarme, tal vez no había subido aún. Tal vez no...

En seguida escuché pasos algo acelerados acercándose a mi puerta. Cada vez más pesados.

eyes on you  ✄  jeon jungkook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora