La fecha del examen que definiría mi posibilidad de entrar a la universidad y además a la carrera de mis sueños se acercaba sin remedio.
Y eso me tenía aterrada.
Despertaba, comía, dormía pensando en eso. No podía dejar de pensar en aquello, me carcomía la cabeza.
Y era tanta mi ansiedad que me costaba mucho estudiar, era como caer en un hoyo infinito; nunca tocaba fondo, no tenía fin.—¡Hee!—exclamó Alena a lo que me sobresalté casi cayendo de espaldas. Miré a Alena con el corazón en la garganta, se limitó a negar con una sonrisa en su rostro— mirar la pared por horas no hará que saques buen puntaje en el examen—se burló Alena a lo que apreté mis labios con molestia.
—No quiero dar ese examen—alargué la última palabra tirándome al piso quedando boca abajo.
—Eres tan dramática, levántate—murmuró Alena, bufé sin mover un músculo a lo que suspiró— estar en el suelo tampoco ayudará...
Comencé a hacer un berrinche sacudiendo mi cuerpo con rabia, finalmente me senté con los ojos cerrados para botar una bocanada de aire.
—Hee, escúchame. Sé que debes odiar esta palabra pero, cálmate—al instante abrí mis ojos con dureza, Alena rodó los ojos y siguió hablando— fuiste la mejor de tu generación, casi sacaste nota maxima en cada una de tus notas—abrí mi boca para interrumpir pero Alena me cortó enseguida—y así fue en todos tus años de preparatoria—musitó, giré mi cabeza y miré a la pared nuevamente. Tenía razón, pero aún así me sentía muy insegura. Esa prueba definiría mi futuro, y de verdad quería estudiar en la universidad. Era mi mayor sueño.
—Deberías repasar la materia, pero no estudiarla como si no la supieras. Hee, ya sabes todo eso y te garantizo que sacaras un puntaje excelente. No dudes de eso—siguió Alena, la miré y me miraba con mucha convicción y seguridad. Realmente confiaba en mí.
—Muchas gracias, Alena—sonreí con mucha sinceridad. Alena me sonrió de vuelta y me sentí feliz. Hace mucho no veía a Alena sonreír así.
—Entonces, después de esta conversación motivacional... ¿por qué no estudias un poco?—soltó Alena a lo que la miré con pena—¿qué pasa? ¿por qué esa cara?
—N-no tengo cosas para estudiar—murmuré con pena, no quería ir a comprar ni tampoco quería que Alena gastase, nuevamente, su dinero en mí.
—¿Tus libros no sirven?—preguntó Alena sin entender.
Suspiré y enredé mis dedos.—No tengo cuadernos ni lápices para hacer apuntes y resúmenes—murmuré sin mirarla. Odiaba que Alena gastara dinero en mí, lo odiaba con toda mi existencia.
—¿Por qué no me habías dicho antes, Hee? te he dicho muchas veces, cuando necesites algo me debes decir. No tienes que quedarte callada—comenzó a hablar atropelladamente, en eso se levantó de su lugar y se dirigió a su habitación, su puerta quedó medió abierta por lo que asome mi cabeza; hace mucho no veía la habitación de Alena ya que ahora se la pasaba encerrada en esta con puerta cerrada.
Era un desastre, parecía que un tornado había pasado ida y vuelta en su habitación.
Alena nunca tendría su habitación así.
—...el peor error que puedes hacer Hee es esconderme cosas y quedarte en silencio, cuando te falte algo o te pase algo debes decirme inmediatamente, ¿sí?—siguió hablando atropelladamente a lo que simplemente la miré tratando de entenderla.
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eyes on you ✄ jeon jungkook.
Fanfiction» Oh cariño, te he estado observando toda mi vida. Manejo tu vida al derecho y al revés. Así que por favor, no pretendas que te dejaré sola. Porque aunque me lo pidas, no lo podré hacer «. »advertencia: ✄contenido explícito. ✄violencia psicológica...