eyes on you ✄ jeon jungkook.

cap.5

—Gi—repetí por quinta vez el nombre del nuevo conejo que estaba arriba de mi estomago, lo repetiría hasta que entiéndase que ese era su nombre.

Yo no había decidido el nombre; Alena había llegado en la madrugada con el conejo en brazos y me dijo que se llamaba Gi, nombre el cual significa »El que es valiente«.

Estaba de más decir que me había tomado por sorpresa y lágrimas de felicidad y tristeza habían comenzado a caer por mis mejillas al momento de ver al conejo.

Era igual al que tuve hace cinco años; nunca supe que había pasado con el. Según Alena se escapó un día mientras yo estaba en el colegio; había olvidado cerrar la puerta y este había corrido.

Lo único que recordaba era lo mucho que había llorado esa semana; de verdad quería a ese conejo.
Desafortunadamente no recordaba su nombre.

El pequeño conejo estaba acostado encima mío mientras sus ojos caían lentamente para entrar en un profundo sueño; por alguna razón había tomado confianza de inmediato conmigo. Algo que me alegraba mucho, no podía sacar la sonrisa de mi cara.

Ya había pasado una semana desde el incidente en el baño. Mis pesadillas cada vez eran peores por lo que el insomnio ha sacado lo mejor de mí, las ojeras y bolsas debajo de mis ojos son horribles y mi piel tampoco ha respondido bien a la falta de sueño.

Alena se sentía tan culpable de eso y para compensarlo quizo regalarme a Gi, la verdad era que no lo veía para nada necesario pero tampoco me había molestado. En absoluto.

En este momento me encontraba sola en el departamento de Alena; ella había salido a "comprar" pero ha demorado mucho más de la cuenta.

Ver a Gi me relajaba por lo que el sueño me golpeó, Alena me había advertido que estuviese atenta a cualquier ruido o movimiento extraño, pero la verdad es que consideraba que estaba exagerando; últimamente ha estado muy paranoica. De todos modos había cerrado todas las puertas con pestillo y las ventanas estaban cubiertas con las cortinas. La única puerta que tenía abierta era la de la habitación en la que me encontraba, para poder estar atenta a la entrada principal.

Salte un brinco cuando Gi de la nada comenzó a agitarse, sus orejas se irguieron y su nariz comenzó a moverse frenéticamente junto a sus ojos.

Estaba asustada.

—Gi, ¿qué ocurre?—pregunte tontamente tratando de acariciarla y calmarla pero antes de poder hacerlo golpes en la puerta principal resonaron por todo el lugar. A lo que me paralicé.

No podía ser Alena, ella tiene llaves del lugar por lo que sería estúpido que estuviera tocando la puerta.

Me mantuve estática, sin hacer ningún ruido.

Nuevamente golpearon a la puerta.

Gi, con su cuerpo totalmente tenso, comenzó a acercarse a la entrada principal a lo que yo maldije entre dientes para tratar de alcanzarla e impedir que hiciera algún ruido.

Conejo tonto.

Pasos alejándose de la puerta se escucharon por lo que nuevamente me detuve. Esperaría unos cinco minutos para poder hacer algún ruido sin miedo.

Gi en cambio ya se encontraba frente a la puerta principal, comenzó a oler frenéticamente por debajo de esta hasta que dio un brinco y comenzó a llorar.