The Night Dancer

1. Dos vidas

Las Vegas Nevada, Estados Unidos: 23:35

¿Alguna vez has imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apuesto que si. Pero entre pensar y vivir había una distancia muy larga, créeme. Durante años, he estado dividida entre Brooke y Arizona, dos mujeres que absorben todo lo que tengo de mi. Pero me convierten en una mujer fuerte y decidida sin miedo a enfrentar cualquier situación que la vida me imponga.

Para aquellos que ya lo han perdido todo y se han enfrentado a situaciones dignas de compasión, soy alguien mejor.

En cuestión de minutos, puedes ver al dulce Arizona convertirse en la seductora Brooke.

Increíble, ¿verdad?

Son como dos caras de la misma moneda. Arizona fue la chica trabajadora que luchó por sus sueños, buscando la mejor manera de crecer y ayudar a su familia que hace años estaba completamente destruida con la repentina fuga de su padre.

!Maldito!

Pensé en recordar al ser más insignificante que vivía en esta tierra.

Nunca olvidaría que en el peor momento, cuando no teníamos nada, nos abandonó dejándonos solo en la miseria.
¿Te imaginas como es ver a tu madre y hermana llorando durante días?

¿Vivir a expensas de la compasión de las personas?

Fue humillante.

Fue entonces cuando decidí que no podía dejar que mi familia viviera de esa manera. Tan pronto como me levanté ese día busqué en los anuncios de periódicos ofertas de trabajo; las cuales por pura mala suerte nadie me aceptó. Recuerdo haberme detenido en una cafetería, tomar el último dólar que había en mi bolsillo y comprar una taza de café caliente, sentada en la mesa de fondo. El lugar era sencillo, la gente se distribuía en las mesas entre conversaciones entretenidas. En el mostrador pude notar la presencia de una mujer alta con apariencia juvenil y elegante, ella por alguna razón me miró fijamente, pero ni siquiera presté atención.

Aspiraba el humo que salía del pequeño recipiente con el líquido negro, llevándolo a mis labios y sintiendo que mi lengua se calentaba cuando estaba en contacto. Pensé en el fracaso que había sido mi día, visité innumerables lugares y ninguno de ellos me había aceptado.

"Se que eres el único que puede cambiar eso"

Y con esa frase estaba motivada para lograr algo, y juré a mi misma que no volvería hasta que lo hiciera.

Lloré.

Lloré para recordar sus palabras y su búsqueda de súplicas por algo mejor.

Lloré por tener que volver sin esperanza.

Todo estaba perdido, ni siquiera un simple trabajo que pudiera conseguir. Fue entonces cuando sentí a alguien sentado frente a mí. Cerré los ojos dejando caer las últimas lagrimas, me limpié rápidamente con el dorso de la mano y miré fijamente a la mujer frente a mi.

- ¿Está todo bien? - preguntó con curiosidad

"Por el amor de dios, si estuviera bien no estaría llorando", pensé.

- ¡Si, no te preocupes! - hablé rápido.

- No te ves muy bien, ¿quieres compartir lo qué pasó? Creo que necesitas un hombro amigable - la mujer habló mientras deslizaba sus delgados dedos por el borde de la taza.

¿Porque alguien que no me conoce está interesado en mi vida?

Tal vez fue solo curiosidad o algún interés. Miré a la mujer y ella se quedó con la misma mirada curiosa hacia mi, pero por alguna razón me dio confianza.