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Finalmente, el lugar que tanto había deseado visitar Lía estaba justo en frente suyo. El Balneario Ascuas se encuentra ubicado al interior de una gran montaña, donde existen diversas áreas para que los turistas puedan relajarse en sus aguas.
Lo primero que puede verse al ingresar son las fuentes públicas, alimentadas por cascadas, en donde ya se encontraban distintos tipos de turistas y pokemons pasando el rato. A Lía no le importaba si tenía que compartir el lugar con otras personas, mientras este al lado de su compañero no tendría problemas.
Un anciano, vestido con la indumentaria de quienes trabajan en el lugar se acerca discretamente a ambos.
– Sean bienvenidos. ¿Es su primera vez en el balneario? – Pregunto el señor, con una actitud bastante cordial. – Si lo que buscan es tranquilidad contamos con áreas privadas en la parte superior ¿Estarían interesados?
El anciano no era ingenuo, pues sus años vividos le hicieron saber de inmediato que Steven y Lía no tenían una relación convencional.
– No lo sé, suena que será caro. – Dijo Lía.
En realidad, ella trataba de sonar desinteresada para que su compañero no pensara que es ella quien le empuja a gastar más de lo necesario. Pero era evidente que la descripción que daba el anciano sobre esas áreas la emocionaba.
Steven noto esto y decidió a ir para allá.
Subieron unas escaleras hasta el nivel superior, donde se encontraban las puertas de cada una de esas áreas. Estas estaban rodeadas con muros de bambú que impedían la visión a su interior.
Resulto ser más interesante de lo que ellos llegaron a imaginar. Tanto el piso de la entrada como el borde de la fuente estaba diseñados como si de unas ruinas antiguas se tratasen, dándole una atmosfera mística al lugar.
Lía no pierde el tiempo y comienza a desvestirse, invitando a su compañero a hacerlo también. Steven se mostraba un poco extraño por lo rápido que se estaba acostumbrando a ver desnuda a Lía, pero estos pensamientos se vieron interrumpidos por algo que comenzaba a notar.
No era algo visible a simple vista, pero Gardevoir tenía marcas antiguas en su espalda, notorias solo a cierta distancia.
– "¿Qué fue lo que te hicieron, Lía?" – Pensó para si mismo.
Lía lo tomo de la mano y lo llevo hasta el interior de las cristalinas aguas.
– Esto es... tan perfecto. – Dijo Lía, luego de suspirar.
Miro a Steven, quien estaba sentado a su lado, y lo tomo de la mano.
– Si no te estuviera sujetando, siento que podría flotar.
– Probablemente puedas hacerlo, eres psíquica.
– No es eso, tonto.
Al mirarla, vio que la protuberancia roja del pecho de Lía emitía una tenue luz.
– ¿Es normal que eso suceda?
– No lo sé, nunca me había pasado. – Respondió extrañada. – Supongo que, desde que te conocí, me están sucediendo cosas completamente nuevas.
Ambos se dieron un tierno beso, para luego mirarse con complicidad.
– ¿Sabes? No necesito usar mis poderes para saber lo que quieres.
Lía se sienta sobre el borde de la fuente y abre sus piernas, haciendo una invitación con los dedos.
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Por alguna razón, ella creyó buena idea aprovechar este momento de distracción para visualizar en la mente de su compañero a la mujer que Harry mencionó en el Café.
Ya tenía sus manos en la cabeza de Steven, lo que haría más fácil el proceso.
Al hacerlo los primeros recuerdos de Melisa llegaron hasta ella. Mientras más se adentraba en estos recuerdos Steven parecía comenzar a sentirse consciente de que ella estaba invadiendo su mente.
En un punto él se detuvo y se alejó bruscamente de ella.
– ¿Qué estás haciendo?
– Eh... ¿A qué te refieres? – Contesto extrañada Lía, sabiendo que lo había estropeado al quedarse mucho tiempo en su mente.
– Lo que sea que haya sido, no lo vuelvas a hacer.
– Por favor, no te enojes conmigo. – Sonreía ella, tratando de minimizar lo que hizo. – Es solo una broma entre nosotros.
Se hizo un silencio incomodo en el ambiente. Ambos evitaban cruzar miradas el uno con el otro.
– Creo que... aún no hemos establecido la naturaleza de nuestra relación. – Dijo Lía, en voz baja. – ¿Qué es lo que soy para ti?
Steven no supo que responder, precisamente en ese momento estaba confuso por haber tenido a alguien invadiendo su mente. Recordó las palabras de su amigo, sobre lo posesivas y problemáticas que son las mujeres psíquicas.
– Estas... dudando. – Dijo Lía, notablemente desilusionada. – Yo me entregue por completo a ti... ¿Y aun así...?
En seguida ella tomo sus cosas y se teletransporto a otro lugar, antes que Steven pudiera decirle algo.
Había terminado en otra de las áreas privadas, solo que esta era más grande y tenía grandes rocas en el centro, lugar donde podría quedarse sin que nadie la moleste. Allí escucho las voces de una pareja.
Eran dos jóvenes que conversaban amenamente, una mujer y un hombre.
Parecía que tuvieran algún vínculo familiar, debido a algunos rasgos físicos como su color de cabello o pecas, aunque el que permanecieran juntos en esta área privada era confuso. De cualquier forma, no importaba, ya que la ira de Lía hizo que pusiera los ojos en ellos para hacerlos su próximo entretenimiento.
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Complicada compañera
FanfictionUn joven instructor de gimnasia decide ayudar a su pequeño vecino a lidiar con un Pokémon problemático, sin saber que aquella experiencia cambiaría su percepción sobre estas criaturas.