#42 Plan de emergencia

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Todos los comensales comienzan a emocionarse, pues habían mal interpretado la situación. 

Ante sus ojos, una hermosa Gardevoir ha llegado para pedirle la mano a su compañera, la más linda de las maids que atendía en el lugar. Algunos de ellos comienzan a aplaudir y a tomar fotografías. Era todo un espectáculo.

Sin embargo, esto no distrajo a Hanna de lo importante que debía de ser el motivo por el cual Lia fue a buscarla.

- Será mejor irnos a otro lugar...

Entendiendo lo que Hanna quiso decir, ambas se teletransportan a la oficina del café, ubicada en su segundo piso del local. Allí se encontraba Floragato, quien se estaba encargando de inventariar alguna cosas antes que ellas aparecieran de la nada.

- ¡NYAAAA! - Chilla asustada la felina. 

- Lo siento amiga, tenemos una situación. 

Hanna le explica lo sucedido y le dice que espere con ella hasta saber lo que Lia quería que supiera.

Antes de acceder a la mente de  Lia, Hanna notó que el aura que rodeaba a Gardevoir no desprendía ninguna tipo de mala intensión, sino que se encontraba completamente relajada.  Le costaba creer que se trataba del mismo pokemon que había conocido hace unos días. 

- Muy bien... puedes cerrar los ojos. Yo me encargare del resto. 

Hanna coloca su mano sobre la cabeza de Lia y comienza a visualizar dentro de ella. 

Ahora puede ver la catástrofe que esta por ocurrir en la isla. 

Parece que, por un momento, Hatterene no se siente capaz de seguir presenciando toda las consecuencias de esta batalla. Lia evita que ella retire su mano, pues era necesario que tuviese una idea completa de lo que estaba por acontecer. 

Hanna siente una abrumadora sensación de miedo, cosa que pone en alerta a Floragato. 

La felina se acerca de inmediato a ella, con el fin de apartarla de Lia cuanto antes. Pero Misdreavus interviene.

- ¡Esto es algo que tu compañera tiene que saber! - Dice la fantasma. - Te aseguro que pronto lo entenderás.

Cuando el enlace había terminado, Hanna se toma un momento para procesar lo que ha visto. Se lleva la mano a la cara, incrédula por el desastre venidero. 

 - "Qué patético, no puedo dejar de temblar... " - Piensa Hanna, para luego dirigir su mirada a Lia. - "¿Como es que ella no parece estar alterada en lo absoluto? No, no es solo eso. Su mirada refleja plena seguridad. Pero... ¿es este el estado al que llegaste solo por meditar una vez, Lia?"

Hanna ignoraba que no todos los seres psíquicos lograban obtener las mismas capacidades a través de la meditación. Ella lo practicaba con regularidad, pero con el único propósito de tranquilizar su espíritu. Sin embargo, Lia accedió a otros planos de su subconsciente mientras se encontraba en una situación limite. 

Ella se había puesto en evidencia, y no era improbable que su entrenador la reportase y pague las consecuencias por sus actos. Con el miedo a perder su libertad, y también a la persona a la que amaba, ella centro todos sus esfuerzos en perfeccionar la habilidad de ver el futuro. Con ello, sumado a la advertencia de Xatu, redirigió su prioridad para encontrar la manera de salvar a la mayor cantidad de personas que le sea posible.  

- Floragato, quiero hagas que las chicas cierren el café. Las necesito a todas en este lugar... hay algo importante que tengo que decirles. 

Ya era de noche, y Steven considero que seria mejor salir a buscar a Lia por la mañana. Pese a tener los collares, no podían arriesgase a ponerse en peligro tanto por el mal tiempo como por la oscuridad de la noche.

Alguien toca a la puerta del departamento. 

Al salir a recibirle, se da cuenta que se trata de un agente de policía.  Este le informa que Lia se había entregado voluntariamente y que era necesario que vaya para poder hablar con ella.

Ambos se miraron entre ellos, no podrían imaginar que ella realmente tomaría esta decisión. Pero muy en el fondo, Steven tenia la esperanza que ella haya entrado en razón y decidiera cambiar su comportamiento. No iba a agregar nada de lo que sabia sobre el uso que Lia le daba a sus poderes, por lo que simplemente siguieron al agente para intentar escuchar lo que ella tenia que decir. 

En la estación de policía se encontraba Hanna, acompañando a Lia en el lugar donde la tenían retenida. 

- ¿Realmente estas segura de que no hay otra forma? - Pregunta Hanna, mientras mira a alguien que esta al otro lado de la habitación. - No siento que ella este a la altura de lo que tienes en mente... 

- Puedo escucharlas, señoritas. - Dice una voz femenina, al otro extremo de la habitación. - ¿Acaso están subestimando mis capacidades?

- En lo más mínimo. - Dice Lia, con una tranquila sonrisa en su rostro. - Confiamos en usted, agente Pretty.


Complicada compañeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora