#47 Eterno retorno

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Steven se encuentra al teléfono, mientras busca en sus bolsillos la llave para abrir la puerta de su departamento.

- Si, apenas acabo de regresar a casa... ¿Qué? ¿Las noticias? Todavía estoy en la puerta, dame un minuto...

Entra a su hogar, sacándose el traje impermeable y encendiendo la televisión.

"Tras un prologado bloqueo en las comunicaciones, las redes digitales vuelven a estar operativas en la mayoría de las regiones. Estamos en vivo con el director del Centro de redes, desde archi7. Cuéntenos... ¿Qué es lo que sabemos hasta ahora sobre lo ocurrido?"

- Parece que fue algo muy serio. También me sorprendió que ningún tipo de comunicación funcionara. - Comenta Steven, mientras mira los detalles de la noticia. - Los servicios de internet vuelven a estar en línea... y hasta me llamaste. Las cosas van mejorando.

- No creas que esto ha cambiado algo. – Dice Gaby, su hermana menor, al otro lado de la línea. - No estaré bien contigo hasta que hagas las paces con Papá.

Steven abre la ventana de su cuarto, apreciando por un momento lo agradable y sereno de la noche en Kanto.

- Supongo que tienes razón. El mundo puede acabarse en cualquier momento, y no me gustaría irme sin haber arreglado las cosas. Los visitaré uno de estos días, lo prometo.

- ¡¿DE VERDAD?! Digo... ya era hora... Los dos pueden ser muy tercos cuando se lo proponen.

En ese momento, alguien parece tocar la puerta.

Lo hace tan silenciosamente, que el sonido pudo haber pasado desapercibido para cualquiera. No es hasta la segunda vez que golpean a la puerta que el sonido es escuchado por ambos.

- ¿Esperabas alguna visita? – Dice su hermana, mostrándose interesada al respecto. – Espero que nos presentes a tu novia cuando vengas. Todavía tiene que tener mi aprobación...

- Muy graciosa...

- Bueno, hablamos mañana. Chau.

Terminada la conversación, Steven se acerca hasta la puerta.

No puede ver con claridad quien se encuentra detrás de ella. La mirilla parece estar sucia desde afuera, así que abre un poco la puerta para ver de quién se trataba.

Era una Gardevoir, la cual parece estar bastante lastimada, como si hubiese salido de una dura batalla recientemente.

- Por fin... Te encontré... - Dice ella, con una voz muy cansada.

Steven abre la totalidad de la puerta, pensando que tal vez alguien la estaba siguiendo y quería ocasionarle aún más daño. Pero afuera no había nadie más, todo estaba absolutamente vacío y silencioso.

Sin nada más que decir, el pokemon se deja caer frente a Steven, quien la sostiene a tiempo para evitar su caída.

Sin nada más que hacer, opta por hacerla pasar y sentarla en su sofá. Ella no había perdido la conciencia, pero estaba tan agotada que parecía a punto de desvanecerse.

- Tranquila, ahora vuelvo.

Steven va a su cocina, buscando entre sus pertenencias algo que pueda ayudarle. Mientras tanto, el pokemon apenas abre un poco los ojos para poder observarlo.

- Esto te va a ayudar... Tienes que beberlo.

Pareciendo confiar en sus palabras, Gardevoir recibe la medicina que él le había traído. Una especie de jarabe de hiervas muy amargo.

Luego de un momento, ella parece recuperar parcialmente sus fuerzas.

- Eres muy amable.... – Dice Gardevoir, mientras le observa tiernamente. – No me conoces, pero pareces tan preocupado por lo que pueda pasarme...

Steven se percató que ambos se encontraban bastante cerca, estando ella recostada en su pecho. Pero al poseer una apariencia tan femenina, no podía evitar pensar que si alguien los viera en esta situación podría hacerse de ideas equivocadas.

Sin darle más importancia a aquel pensamiento, responde a lo que su invitada acaba de mencionar.

- No podría ignorar a un pokemon que viene buscando mi ayuda. – Dice Steven, con mucha seguridad en sus palabras. – Dime, ¿Qué es lo que te paso?

Ella cierra los ojos, y se limita a abrazar con fuerza al humano. Steven imagina que puede tratarse de un tema difícil para ella.

- Lo que haya sido, ya termino. Prometo que te ayudare a buscar la forma de solucionar lo que te está ocurriendo.

- No pudiste escoger mejor selección de palabras, Steven. – Dice el pokemon, mientras mira al humano con una sonrisa. – Todo ya ha terminado, por eso vine hasta aquí.

Extrañado, él trata de recordar alguna interacción que haya tenido con algún pokemon de esta especie. Pero, la verdad es que esta era la primera vez que veía a un Gardevoir en persona.

- Tu... ¿Me conoces?

- Claro que sí. – Responde ella, mientras habla con la misma seguridad con la que lo hacía Steven hace un momento. - Eres alguien que siempre se ha preocupado por los demás, tanto así que incluso podrías salir en el proceso y eso no te importaría. Siempre tienes presente a tu madre, por eso llevas una fotografía suya en tu billetera. Y aunque la relación con el resto de tu familia no va muy bien, eventualmente piensas en la idea de volver a tenerlos en tu vida.

Steven se sintió confundido por todo lo que sabía la desconocida sobre él. Estas no eran cosas que le comentara a todo el mundo, apenas se lo había dicho en su momento a su exnovia, la única en quien confiaba en ese entonces.

- ¿Por qué me dices todo esto? ¿Qué es lo que realmente viniste a buscar?

Gardevoir toma la mano de Steven y entrelaza sus dedos con ella.

- Dame la oportunidad de mostrarte mis recuerdos... solo así podrás entenderlo todo.

Steven mira como sus manos permanecen juntas, y la forma tan amorosa en la que ella lo mira. Piensa en que, si esto fuera algún truco para engañarlo, no habría sido necesario tomarse todo este tiempo para someterlo con sus poderes psíquicos.

- Ni siquiera sé tu nombre... ¿Cómo puedo estar seguro de todo lo que dices?

Gardevoir niega con la cabeza, sin perder la tierna sonrisa en su rostro.

- No importa si no quieres hacerlo ahora, o mañana, tengo toda una vida para esperar hasta que estés listo.

La seguridad con la que habla el pokemon es absoluta, lo que hace a Steven ceder ante su petición.

- Muy bien, hagámoslo entonces...

El pokemon toma el rostro de Steven con delicadeza, y comienza a usar sus poderes para regresarle los recuerdos que compartieron juntos. Es la primera vez, desde que se conocieron, que el coopera voluntariamente para hacer algo como esto.

Al terminar, Steven parece ligeramente mareado y necesita de un momento para recuperarse. Mientras ella, espera ansiosa que hable con ella.

Sin embargo, de las paredes y el techo comienzan a aparecer pequeñas criaturas que ella ya había visto con anterioridad: los Unown. Este comienza a agruparse formando a una criatura monstruosa que estaba prepara para atacarla.

- Al final, el futuro estaba condenado... - Dice ella, mientras mira al oponente que tenía al frente. 

Complicada compañeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora