#30 Motivación

577 80 18
                                    

Durante el estado de trance, el subconsciente de Melissa comenzó a recordar aquella primera vez en la que un chico se le había declarado.

Se encontraban en la escuela, ya había sido la hora de salida hace un buen rato, pero encontraron un lugar en solitario cerca de las losas deportivas. Una amistad que había sido sólidamente construida durante los años anteriores daría el siguiente paso para convertirse en algo más.

Steven, su mejor amigo, sería el compañero con el que verdaderamente llegaría a desear compartir el resto de su vida.

Algo parece entrometerse... aquel recuerdo comienza a cambiar.

Ahora ambos se encuentran juntos, dentro su habitación. Es la primera vez que comparten más que un simple beso y caricias superficiales. Pueden sentir el contacto de sus cuerpos desnudos y recorrer por ellos tanto como quieran.

Aquel espacio parece estar apartado de la realidad de una forma que ella solo podría describir como mágica.

El dolor de su primera vez no la asustaba en lo absoluto, pues sabía que su compañero no haría nada que pudiera llegar a lastimarla. Tenía plena confianza en él tras las múltiples vivencias experimentadas a su lado, tras los secretos compartidos e incluso las lágrimas derramadas.

Nuevamente algo parece querer apártalo de él.

Pasado ya algún tiempo, era hora que Melissa siguiera con sus metas personales. Había una gran oportunidad de estudiar en el extranjero, pero le iba a costar mucho conseguirla. No solo se trataba del dinero que tenía que invertir, sino de cumplir sus estudios con notas excelentes pues de contar con un bajo rendimiento académico la beca de la que fue acreedora terminaría expirando.

De cualquier forma, la idea de irse a tierras lejanas y dejar atrás a su familia y conocidos la asustaba más que cualquier otra cosa. Pero fue su fiel compañero el que le dio el aliento para que pudiese continuar. Prometiéndole una y mil veces que estaría allí para ella, siempre que le necesitase.

Con lágrimas en los ojos Melissa entendió que si no tomaba esa oportunidad se arrepentiría el resto de su vida.

Este momento queda atrás rápidamente, dando lugar a lo que vendría algunos años más tarde.

En su escritorio, Melissa estaba agobiada por su situación actual. No solo estaba dándolo todo para cumplir con sus calificaciones, sino que también tenía que trabajar para poder cubrir los gastos que, aun con ayuda de sus padres, no era capaz de pagar.

Pensaba en que sería muy fácil decirle a su novio que viniera o a sus padres que le enviaran más dinero, pero esa voluntad de no querer preocupar a las personas que estimaba se lo impedía.

Todos los que la conocían comenzaron a darse cuenta que su temperamento había cambiado. Era más cortante y menos comunicativa, en pocas palabras, no era la misma chica alegre y optimista que había partido de Kanto hace casi tres años.

No era capaz de recordar las palabras que le había dicho a Steven para poder apartarlo de su vida. Había bloqueado tanto aquellos recuerdos que incluso a Lia le costaba volver a revivirlos. Pero estaba segura que había conseguido algo que no se habría podido imaginar haciendo: lograr que su novio y amigo de la infancia se alejara completamente de su vida.

Este recuerdo comienza a desvanecerse, a tal punto que todos estos recuerdos parecen haber sucedido en apenas un segundo.

Melissa recobra la consciencia.

- Pero... ¿qué sucedió? – Se pregunta ella, mirando a su alrededor.

Steven también parece recobrar sus sentidos, encontrando a su lado a Melissa y algunos metros más atrás a Lia.

- "Es extraño... Siento como si el tiempo se hubiera detenido." – Pensó Melissa, mientras trataba de entender lo que sucedía.

- Lia... ¿Estás bien? – Pregunto Steven. - ¿Sabes que fue lo que nos sucedió?

Lia observa con una mirada fría a su novio, para luego responder a su pregunta.

- No tengo idea. – Contesta Gardevoir, acariciándose el cabello. - De pronto los dos se desvanecieron... Tal vez el calor tuvo algo que ver.

Steven se da cuenta del collar negro que lleva Lia, no sabe si había llegado con el a la playa o si apenas se dio cuenta que lo traía puesto.

- De cualquier forma, creo que ya deberíamos de irnos. – Agrega Lia. - Buscaremos algo con que hidratarte, mientras te despides de tu amiga.

Steven mira a Melissa, quien parece encontrarse pensativa.

Ella creía mucho en lo que consideraba como señales del destino. Y ahora que había revivido vívidamente esos recuerdos tan importantes para ella, gracias a la intervención de Lia, estaba más que segura que haría lo imposible por volver a ganarse el corazón de su ex novio.

- Disculpen... yo sé de un lugar donde podrían atender nuestro problema. – Dice Melissa, con una mayor confianza que antes. – Hay una residente de la Isla que tiene una Blissey, ella puede mejorar nuestra condición actual...

Lia la mira seriamente, pero Melissa no parece darse cuenta de su hostilidad.

Ahora sí que muestra una imagen aún más interesada en su exnovio, mientras que él, ante la percepción psíquica de Lia, parece tener solo sentimientos de respeto y cariño hacia ella.

Gardevoir sonríe malvadamente ya que, aunque haya perdido sus poderes, sabe que esta mujer no representa un peligro.

Por su parte, Steven era consciente que permanecer mucho tiempo con su exnovia no le causaría gracia a Lia, pero tampoco podía ser cortante ya que su respeto hacia ella se lo impedía.

- Claro, me parece una buena idea. – Dice Lia, tomando del brazo a Steven. - ¿No te parece?

Tal vez era una remanente del estado de trance en el cual ellos habían experimentado hace un momento, pero ninguno de esos dos humanos estaba en sus cinco sentidos en ese momento.

En poco tiempo que les tomo llegar hasta el lugar, ellos hablaban sobre los asuntos de la isla.

Allí Lia pudo escuchar que era cierto lo que Hanna dijo sobre Melissa, pues en el camino diferentes personase y hasta algunos pokemons salvajes la saludaban con respeto y hasta admiración.

Era como caminar acompañados de alguien famoso.

Cuando llegaron a la casa de la persona a la que iban a ver, ella los recibió amablemente.

Blissey abrió el característico huevo que tiene en la parte delantera y se lo dio a Melissa.

- Genial. Esto será más que suficiente para nosotros. – Responde Melissa, mostrándose muy agradecida. – ¡Buen provecho!

Ella probo una cantidad importante del contenido del huevo, que parecía más una especie de jugo uniforme de color crema. Dejando la mitad para su amigo.

- Estuvo muy rico. – Dijo Melissa, quien le daba el huevo a Steven. – Es tu turno.

Con un poco de temor, Steven toma del huevo y mira su contenido. Era el mismo que había bebido Melissa. A Lia todo esto le parece gracioso, ya que sabe que Steven es una persona muy quisquillosa en cuando a probar alimentos nuevos

- Buen... provecho. – Al terminar estas palabras, Steven se toma por completo lo que había dejado Melissa.

El sabor no era desagradable, sino que era más cercano a una especie de ponche de huevo.

- Es increíble, el efecto parece ser inmediato. – Agrego.

Los tres agradecen a Blissey y a su entrenadora y se retiran del lugar.


Complicada compañeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora